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viernes, 9 de abril de 2010

Something New

He aqui una nueva historia creada por Ale Macias y por mi. El objetivo de esta historia no es solamente entretener o cualquier cosa que se les ocurra, sino dar a conocer parte importante de mi.

Por lo general en las historias de amor, los personajes principales desean encontrar a su principe azul y vivir felices junto a ellos hasta el final de sus dias, desean probar su dulzura y estan dispuestos a sufrir por su ser amado. Esta vez no es asi. El amor es algo completamente desconocido, al igual que el resto de los sentimientos, nadie vive, nadie muere.
Todo comienza en el reino de Kadah, una ciudad en constantes guerras civiles, golpes de estado – todos sin exito - , bajas economicas y problemas con los otros reinos. Sin embargo no era algo que preocupara a la familia real, jefes militares o civiles, ni siquiera tomaban en serio las perdidas de sus familiares. Eran cuerpos vacios y con el corazon putrefacto.
La falta de sentimientos no les evitaba conservar sus viejas tradiciones, y la que significaba menos para ellos era la mas importante para otros, era ni mas ni menos que el tradicional dia de los enamorados, y fue en ese dia en el que el rey aprovecho para que sus dos hijas contrajeran nupcias y no tenerlas mas en su castillo. Ambas princesas fueron obligadas a abandonar la ciudad hasta haberse casado con algun principe, duque o cualquiera que complaciera a su padre.
Una vez afuera, una de las princesas aseguro a su hermana que estarian mejor si no regresaban a la ciudad.
- No nos ayudaria en nada regresar – trato de convenser a la otra princesa – Kadah es sucia y pobre, todos ahi son amargados y siempre se matan entre ellos, y a nuestros padres no les importa lo que nos suceda.
- Hermana, no comprendo que es eso que sientes – hablo con severidad - Es probable que sea cierto lo que dices, pero has olvidado que el rey ha mandado a alguien para asegurarse de que cumplamos con nuestro deber y es lo que precisamente ahora nos sigue.
Sin sentir alguna preocupacion por mostrar discrecion, ambas se detubieron en seco y voltearon hacia atras para ver mejor al espia, que en realidad era una mentira de su hermana para hacerla callar y seguir con su deber.
- El lo que estoy tratando de decirte, Shira, sino lo logramos nos matara. – Insistio la princesa en cuanto continuaron su camino – Aunque viendolo desde el lado amable, es probable que este aqui para protegernos y no asesinarnos, como pienso. Pero por otra parte, nos envia durante la noche, sin caballos ni escolta, por un sendero lleno de ladrones y estafadores, y nos despojo de nuestros vestidos cambiandolos por ropas viejas.
- Keniah – estaba arta de los parloteos de su hermana, tanto que le dolia la cabeza por tanto ruido – De haber venido con nuestros vestidos ya nos hubieran asaltado desde que salimos de Kadah. Lo mismo pasa con tus escoltas, caballos.
- En la noche hace frio y esta tan oscuro que no sabes por donde vas.
- En el dia hace demasiado calor y la luz solar te encegece tanto que tampoco ves por donde vas. Por ahora solo trato de concentrarme en encontrar un camino al pueblo mas cercano y poder descansar como es debido. Mientras tanto manten tu voca cerrada.
Ambas de la misma edad, iguales en estatura y otras peque;eces como el largo del cabello y su tez blanca, en el resto de los aspectos eran completamente distintas. Por una parte, Shira, era de cabello negro, sus labios siempre iban pintados de gindo y el contorno de sus ojos delineado connegro, sus ojos eran verdes y similares a los de un reptil. Por otra parte, Keniah era rubia, ojos azules y similares a los de cualquier humano, labios rosas y su rostro estaba sin pintar. Las dos princesas estaban vestidas como esclavas.
Habia que aceptar que fue un poco desconsiderado de parte del rey enviar a sus propias hijas sin caballo, ni siquiera en burro a una de las ciudades mas lejanas del continente, pero gracias a que no mando a algun espia o no fijo una fecha exacta para su llegada a la otra ciudad, las hermanas decidieron ir a otro lado y tomarse el tiempo que consideraran necesario.
Las jovenes continuaron hasta la ma;ana del dia siguiente. Cansadas, habrientas y sedientas se detuvieron junto a un enorme y viejo manzano, estaban a punto de darse por vencidas y desobedecer a su padre como Keniah habia sugerido desde el principio.
- Hermana, he traido unas cuantas joyas - dijo la joven de cabellos de oro - Tal vez, si las vendemos ganariamos algo de dinero, y asi pagariamos el hospedaje en algun meson.
Shira se habia quedado dormida al momento en el que se recosto en el cesped, estaba profundamente dormida, por la comodidad del sitio.
- Shira, no es divertido, despierta - comenzo a mover a su hermana - Que pasara si alguien malo se acerca. Yo no se defenderme. Hermana, vamonos de aqui - La pobre princesa estaba cada vez mas asustada. Sabia que su hermana no despertaria hasta que quisiera, asi que se acomodo junto a ella y no dejaba de ver paraoicamente alrededor, buscando la mas minima se;al de movimiento, abrazo sus piernas y se meceaba ligeramente para tranquilizarse y poder quedarse dormida como su hermana.
La tranquilidad del manzano la arruyo mas que sus movimientos. Cada segundo que transcurria la acercaba mas y mas al dulce mundo de los sue;os, pero como todas las cosas aparecen y desaparecen con un "puff", un joven de cabello casta;o y vestido de aldeano bajo del viejo arbol aterrizando frente a Keniah.

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