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martes, 16 de marzo de 2010

Ice vs Fire . Parte 2


Esperaba estar muerta después de quel pequeño encuantro con la peeeerraaaaaaa, y si no moría con ella, seguramente moriría en manos de alguien más. Aún no era mí momento, así que seguí buscando, seguí arriesgandome como si mi vida dependera de ello (o lo que es peor, la belleza heredada de.... de por ahí xD)

Mi camino había terminado en una hermosa playa de arena fina y tibia, el mar estaba tranquilo, pero solamente en la orilla. Estaba nublado al horizonte, había rayos, el mar estaba muy agitado, golpeaba con furia un enorme pedazo de hielo, que nada que ver con el cálido clima de la playa. La parte superior (de la cabeza a la parte baja de la espalda) de lo que parecía ser un humano con cabello alocado salía del mar, al igual que yo observaba el gigantesco iceberg.
Me acerqué más a donde estaba la creatura. Tenía enormes aletas rojas en lugar de cabello, su piel era azul, sus orejas eran puntiagudas y más alargadas que el tamaño promedio, también tenía aletas en codos y muñecas, estaba semidesnudo y tenía branquias. Me dio cosa hablarle, pues desconocía su humor. Caminé despacio y sin hacer mucho escandalo. La creatura volteó y me miró con sus ojos completamente azules. Salió con cuidado del agua y se acercó a mí con actitud pasiva.
- Buenos días - Su voz me recordaba a la de Abe Sapiens (La cosa azul que aparece en las películas de Hellboy xD) - Mi nomre Kadath. - Nunca en mi vida me había tocado ver a un hombre pez.
- El mío es Lynn - No podía decirle que me llamaban Pola, iba a sonar estúpido a comparación con el suyo (xD)
- Por lo que me han dicho, cada alma a tomado forma humana, si es así mi raza ha sido la única no afectada. Juraría que antes eras un tigre.
- Supongo que quien te lo djo está en lo cierto. No sólo yo he vuelto a ser humana, mi familia también a sido transformada. Si tan sólo pudiera deshacerme de Shira, todo volvería a ser tan pacífico como antes.
Pacífico o no, extrañaba muy en el fondo esa vieja vida. Antes era inmune a todos esos sentimientos que me lastimaban, antes podía hacer miles de cosas que ahora no puedo, antes la venganza era más que dulce, antes todo era perfecto. En esos días yo no era vanidosa, sino todo lo contrario, me odiaba tan profundamente, no podía ni ver mi reflejo, pero odiaba más a la humanidad, menos a una persona. Ese alguien era la única persona con la que mi antiguo yo anhelaba vivir. Mi vida estaba pintada del color más bello que pudo haber existido, el negro.
Fueron dos personas quienes sin darse cuenta derritieron ese hielo.
Que mal... Que desgracia... Que estrés... No me quise dar por vencida sin antes dar batalla... No quería dejar existir al frío... No quería perder esta parte tan bella de mí... No quería ser tibia... Un duelo a muerte... La solución perfecta... Mi hijo ya no me importaba, ni nadie, sólo me importaba batirme (No, no hablo de batirme con la batidora ¬¬...).
Observé detenidamente el enorme iceberg. Sabía que tenía un mensaje, pero no lo acataba.
La playa comenzó a enfriarse, el viento azotaba con fuerza todo lo que había a su paso.
-¿Porqué hace tanto frío? - pregunté al hombre pez que me miró esperando otra pregunta - ¿Acaso es ella quién provoca esto?
-No, es obra tuya. Este es tu dominio - señalo toda la playa incluyendo al bosque - Y eso - Su mano se centró en el iceberg - Es el de ella. Es su castillo. Tú no puedes afectar lo de ella, ni ella el tuyo.
El mar emitió un horrible sonido. Comenzó a congelarse rápidamente y nevaba sobre él y el trozo gigante de hielo. El hombre pez me dió a entender que ese era el llanto del mar, que no sólo yo estaba actuando, Shira también lo hacía. Al cabo de cinco minutos el mar estaba totalmente congelado y la nieve tenía casi un metro de altura.
-Eres de poca ayuda, ¿lo sabías?
-No puedo ayudarte, este es tú trabajo, no el mío. Yo no he pasado por cosas así, yo...
-Ya entendí... Por ahora me gustaría saber cómo voy a cruzar esto.
Comenzé a caminar en dirección al mar, subí sin dificultades a la nieve. Para mi sorpresa no me hundía, podía caminar sobre ella como si fuese tierra sólida. Al estar segura comenzé a correr tan rápido como podía.
Estaba tan adormecida por el hielo que ni siquiera sentí ni la más mínima molestia al volverme tigre. Porqué me tranformé no sé, sólo sabía que estaba feliz de haberlo hecho y que la adrenalida estaba presente en mí más que nunca. En ocaciones me aburría del mismo panorama, pues no llegaba a mi destino.
Distinguí leves jadeos y pisadas en la nieve. Me detuve en seco para ver a mi alrededor. Todo era blanco, no había azul ni gris, sólo blanco. En el horizonte unas pequeñas figuras se hacían cada vez más grandes, dando forma a un ocelote, un lobo y un perro. Me eche a correr para perderlos de vista, si no veian a donde me iba no se pondrian en peligro. Pero como odio mi aura, que dejo un rastro de mi que era mas perceptible para mi padre. Continue corriendo tan rapido como me era posible, por desgracia me alcanzaron y saltaron sobre mi enterrandome en la nieve.
- Dejenme ir - me levante y conteste friamente - Es obvio que morire si pierdo, y aunque gane me despojaria de mi vida.
Camine hasta perderme en la blancura de la nieve. Era cierto, no regresaria. Mi muerte lo solucionaria todo, ya no existiria ni el fuego ni el hielo, todo acabaria dentro de unas horas.

ESTE ES UN FINAL ALTERNO, EL VERDADERO DESENLACE ESTA MUY LEJANO POR DESGRACIA.
YA NO HABRAN MAS HISTORIAS... AQUI MUERE TODO...

lunes, 15 de marzo de 2010

Ice vs Fire

Un crunch me despertó de aquella siesta. Era muy temprano, el sol aún no iluminaba la mañana y las hojas de los árboles seguían danzando con el viento. Miré a mi alrededor, mis amigos aún dormían, esperaba encontrar algo más. Intenté levantarme, pero me usaban de almohada, y no quise despertarlos tan temprano, aunque, pensandolo bien, en varias ocaciones el ocelote no me dejó dormir agusto sobre el lobo (¬¬U). Segundos después de darme por vencida algo salió corriendo por entre los arbustos e inconcientemente lo seguí, dejando caer todas las cabezas sobre el cesped (Lo más raro fue que nadie se despertó apesar del golpe), menos la de mi madre que había dormido sobre mi lomo, ella si se despertó y se sujetó fuertemente de mi pelaje para no caer.
Con todo y suricata arriba seguí corriendo tán rápido como podía para alcanzar a mi presa. Podía escuchar que mi madre pedía a gritos que dejara de correr, al menos para dejarla en el suelo, pero no podía parar, más bien, no quería parar.
Por un momento tuve a una bolita de pelos azulada entre mis patas, casi tropezaba con eso. Me dí cuenta de que esa era mi presa y coloqué una de mis patas sobre el animalito para que no escapara.
-¡Sueltame! - La creaturita estaba enojada.
Esa voz... Me era muy familiar. Lo observé. Era un gatito azul marino con una pequeña mancha blanca en la frente en forma de rombo.
-¡Taiga! - Así me llamaba cuando éramos humanos. Era mi hijo!
-¡Hola, hijo! - Hacía mucho que no lo veía, ya lo extrañaba demasiado.
Apesar de la felicidad que me causaba verlo, muy en el fondo de mí se había encendido una especie de alarma que me informaba que habría peligro si seguíamos en ese lugar tan alejado de los demás. Lo cargué del pellejo cual cachorro y miré a todas partes buscando algún sendero para regresarme (La suricata se había acomodado de tal forma en la que me hacía ver como un caballo). Estabamos totalmente rodeados por árboles y plantas que causaban comezón (D:).
En un intento de salir de ahí con mi hijo y mi madre a salvo, comenzé a correr por donde se me ocurría, ignorando completamente mi instinto a causa del miedo.
Estaba tan cegada que no vi cuando la tierra terminaba y caímos por un lado de una cascada. Pasé al gatito de mi boca al lomo al mismo tiempo que trataba de que la caída no fuera tan dura. Me hubiera concentrado más en como caer, pero la suricata estaba gritando a todo pulmón (No supe si fue por lo bien que se sentía caer o por el miedo) justo en mi oreja, pero cuando llegamos por fin al agua fui yo quien gritó debido a que el gato estaba enterrandome sus garritas (grité cuado estabamos a flote). El agua estaba heladísima y el viento estaba corriendo fuerte, así que me apresuré a llegar a la orilla.
De la nada ya no sentí el peso de mi hijo, solamente el de mi madre. Dejé a mi madre en la orilla para que se secara y busqué por todas partes al minino. Estaba con una tigresa blanca, eso me enfureció.
-¡Oie tú, porquería de animal, deja a mi hijo! - me le acerqué amenazadoramente al animal.
-No me hables así. Soy otro de tus yo, ¿acaso no me recuerdas? - Estaba en lo cierto, ella era yo, era Shira, la personalidad que creí haber destruido.
Shira, o lo poco que quedaba de ella se había refugiado en mi hijo, el cual antes solía llamar padre...
-¿Qué te parece si cambiamos lugares, yo me deshago de ti y me dejas ser feliz?
-¿Qué te parece si te mueres de una buena vez?
- Morirme significaría para ti una gran pérdida - Su tono de voz era frío - No me lo niegues, que ambas lo sabemos muy bien. Vaciaste en mí varias de tus experiencias en mí, eso fue un grave error.
Al momento de abalanzarme contra ella ( ya no pude resistir las ganas de chingarmela), un intento de campo de fuerza me arrojó un par de metros atrás. Me dí un fuerte golpe en la cabeza con el que me noqueé y no pude sentir el dolor que ocacionaba la transormación en humana.

Derté dónde mismo, solo que ya era de noche. Habían tres hombres, una mujer y un ángel, faltaba alguien, faltaba mi hijo, se había ido con esa maldita bruja. Intenté levantarme e ir a buscarlo, pero caí en cuanto me sostuve en mis dos pies. El ángel acudió a ayudarme a ponerme de pie, y me rogó que me quedara ahí y esperar al amanecer, pero yo lo tomé de la camisa y lo miré directamente a los ojos.
- No tienes idea de lo valioso que es lo que esa mierda se ha llevado. No me importa cuantas veces me atraviesen el corazón, cuantos miembros me arranquen, tampoco cuantas veces tenga que morir para recuperarlo. Ya lo perdí una vez, no quiero volver a hacerlo (Sí, así soy cuando me propongo realmente algo).
Lo solté y caminé adentrandome al bosque, al oscuro bosque. Ya no era un tigre, ya no tenía garras ni tampoco colmillos para defenderme, pero tenía lo que mi contrincante no, una buena razón para seguir luchando, bueno, más de una.
Tenía mucha comezón, estaba cansada y muy adolorida. Comenzaba a helar. Seguí caminando sin saber a donde. De pronto alguien me envolvió en sus alas. Me volví hacia ese alguien y ahí estaba el ángel.
-Deberías estar con los demás, no quiero que se los lleve también - Mi tono de voz le rogaba una disculpa.
- Ya es muy tarde, los capturó justo después de que desapareciste.
- ¿Porque no lo evitaste con tu maldita "magia"? - Dejé totalmente el tono del principio por uno frío.
- Mi querida Lynn - dijo detenidamente y con ternura falsa - No podemos tocarnos entre fragmentos.
Estiré mi mano hasta su cuello y al instante recuperó su verdadera forma. No era un ángel ni mucho menos, era Shira. Esa forma tan falsa de actuar y por como me llamó la delatarón.
- He escuchado tus aleteos desde que entré a este cochino bosque, ellos saben como reconocerme y el ángel no es el único a los que no puedes tocar. -Apreté más fuerte su cuello privándola cada vez más del oxígeno - ¡Regresame a mí hijo!
- Si... Me... matas...Ya no... podrás verlo...
- Jhon tiene razón - la azoté contra un árbol y la solté - ¡Eres una cobarde! ¿Qué es lo que quieres? ¡Dime de una buena vez qué tengo que hacer para que me lo regreses y para que te largues! - Estaba gritando, no era necesario verme en un espejo para saber que estaba roja del coraje.
- Déjame apoderarme de tu cuerpo para regresar a la vida que antes me habías dado - Muy apenas se estaba recuperand - Quiero seguir viviendo y algo más que un recuerdo. Quiero estar con la única persona que amé. Quiero verngarme de todos los que me hicieron padecer. Quiero que pagues por abandonarme. Quiero que pagues por quitarme la libertad. ¡QUIERO ASESINARTE! - Me dió una fuerte bofetada y desapareció de ahí.
Confundida seguí caminando en busca de mi hijo, y si era cierto lo que me dijo también a mis amigos.

martes, 9 de marzo de 2010

Tigre vanidoso

Después de la pequeña explicación de mi ángel (Así lo llamaré por ahora) salí de aquella morada pensando en un sin fin de cosas acerca de mi pasado que hacían un daño tremendo en mi pequeño corazón. Creí escuchar que me llamaban, pero no quise responder, estaba (de cierta forma) cómoda dentro de mis pensamientos.

Dentro del bosque, tan distraida estaba que no supe como fui a dar a la copa del mismo árbol en el que había dormido, y ahí, por una razón aún desconocida rompí en llanto. No recordaba haber sentido la tristeza suficiente como para hacerlo, al parecer mi cuerpo y mis sentimientos estaban actuando por primera vez sin acudir a mí. Esta vez no había Caros para consolarme, ni Grecas que me apoyaran y me levantaran el ánimo, tampoco estaba yo para regañarme a mi misma por llorar por algo sin sentido, pero cómo podría no tener sentido si no sabía la razón de mi llanto.
Mire al suelo para contemplar la altura a la que me encontraba, reconsiderando que podría tirarme desde ahí y terminar de una vez por todas mis problemas. Un golpe en el cráneo sería más que suficiente para matarme. Me senté de manera que al hacerme para atrás caer con la cabeza abajo, pero justo cuando iba a retroceder, un dolor insoportable comenzó a expandirse por toda mi piel, y como si ese dolor no fuera suficiente, todos mis huesos también me dolían. Solté un grito que a los pocos segundos se convirtió en rugido. Me había transformado en un tigre.
Mi rugido se escuchó por todo el bosque, lo que ocasionó que el ocelote, el lobo, el perro y la suricata vinieran corriendo para ver que rayos era lo que ocurría. Al no verme se alarmaron y pensaron que un tigre me había comido.
-No, no, no, esperen, soy yo, Pola! - estaban a punto de subir hasta donde yo y darme en la madre - Mamá, diles que soy yo - le dije a la suricata -Papá, ¿acaso no me reconoces? - pregunté al ocelote.
-Es ella - obedeció el animal, pero no como yo esperaba.
-Chingado, si no me van a creer por lo menos denme un espejo para verme después de que me golpeen - Me di por vencida.
- Si es ella - se burló el lobo.
- Vanidosa! - gritó el perro (hijo de la popo que evité pisar cuando llegué por primera vez ahí xD)
- Si, soy vanidosa ¿y qué? - No sólo los había recordado a ellos, sino todos los tormentos de mi vida pasada, en ese momento pasaba por mi cabeza la horripilante imágen que el ocelote me había mostrado antes.
Sabía que el ángel era parte mía, como mi conciencia y que me hacía falta para recordar todas estas cosas y poder transformarme en tigre. También había recordado que muy en el fondo no quería conservar mis recuerdos, pero me sentía bien al no haber olvidado, pues sino no pudiera considerar este un lugar mejor y que mi antigua estaría mucho mejor sin mí.
Los animales hablaban y hablaban entre ellos, no puedo decir que era lo que se decían porque sinceramente yo estaba en otro mundo, pensando en la razón de mi llanto justo antes de convertirme.
- Y Oto esta bien bueno - dice la suricata, que al percatarse de que yo la había escuchado (Yo, su inocente y tierna hija xD) guardó silencio y ya no volvó a decir otra cosa.
- ¿Qué se supone que voy a hacer ahora? Es la primera vez que me convierto en animal.
- Te acostumbrarás con el paso del tiempo, ya no volverás a hacer humana. Ninguno de nosotros lo hemos vuelto ser - me explico el ocelote con despreocupación.
- Eres como una cachorra, tendrás que aprender a serlo, aprenderás de tu madre - mi padre era el único que había quedado conmigo, ya que después de la metida de pata de la suricata se fueron a quién sabe dónde a quién sabe qué.
- Pero es una suricata y yo una felina grande, ¿cómo aprenderé de ella si tú eres lo que más se parece a mí?
- Okok - accedió a enseñarme. Camino entre los arbustos sigilosamente y me hizo un ademán con la cabeza para que la siguiera. Obedecí. Del otro lado de los arbustos estaban el lobo, el perro y mi madre haciendo cosas que no quiero decir (No, tampoco es eso ¬¬) - Tu primera presa será el lobo, es más divertido cazarlo a él que a los otros dos. Vé - ordenó.
Comenzé a escabullirme para llegar a un punto en el que me sería fácil atacarlo con rapidez y sin hacer el menor ruido. Y justo cuanco lo iba a atacar la suricata me vio y me saludo ruidosamente, delatandome.
-¿Qué querías hacer? - cuestionó el lobo alejandose de mí - ¿Dónde está Caro?
- Te iba a saludar, pero mi madre me anunció primero - fulminé a la suricata con la mirada y hablé sarcasticamente - Caro debe andar por ahí intentando completar mi ataque sorpresa sorpresa - En efecto, las orejitas del ocelote se asomaron silenciosamente por la cabeza del lobo y le mordió el cuello - Ah, mirala, ahí está -No pude aguantar las ganas de morderlo yo también, lo derrumbé fácilmente y le mordí las costillas.
-¡No, déjenme! - gritaba el lobito mientras intentaba liberarse de nosotras - Me duele - Sé que es raro ver a un tigre y a un ocelote mordisqueando a un lobo, pero eso es lo que hacíamos antes cuando no había nadie más a quién morder.
- Sabes raro - lo solté finalmente - Y ya le gané a Caro, ni mordida es más grande - dije con aire triunfante.
Comenzamos a caminar por el bosque esperando a que la noche llegara. El ocelote y la suricata iban en mi lomo, y el perro y el lobo caminaban junto a mí. Hablabamos de las cosas que haciamos en la prepa cuando nos veíamos todos. De vez en cuando se tiraban carro entre ellos y mi padre y yo simplemente no parabamos de reír. Nadie extrañaba nada, ya que estar en medio del bosque y platicando era mil veces mejor que vernos por separado en cada hora libre que teníamos, y me recordaban a cada momento lo vanidosa que soy, pues en cada oportunidad que tenía veía mi reflejo. Era imposible evitar verme, pues como todo mundo sabía me amaba demasiado (xD y lo sigo haciendo).
Los cinco nos acurrucamos bajo la sombra de un árbol, pues estabamos cansados y aun faltaba mucho para que se hiciese de noche. Todos nos quedamos dormidos al instante, una corriente de aire fresca y el sonido de las hojas de los árboles moverse nos había arrullado.


lunes, 8 de marzo de 2010

Un capítulo especial para alguien especial! (:

No es alguien nuevo para mi, ni para nadie, siempre lo había tenido en frente, aún así sólo lo había visto como alguien más, no se me ocurrió pensar que esa persona ocuparía tan rápido un lugar en mi corazón.

No a todos quiero ver, no a todos extraño, no por todos me preocupo (ni que fuera la madre Teresa xD). Aunque en ocaciones siento celos, pues con mis amigos soy demasiado posesiva.
Sé que hay más de una persona como esta y sólo una lo supera (Es Karo, a webo!), pero eso no le quita lo importante.
A superado a un horrible perro con cabeza de converse más rápido de lo que pensaba. No tengo ni la menor idea de como lo logró, aún sigo meditando eso, y dudo que algún día salga de mi corazón, sin importar que se vaya a la uni, de viaje por 3 días ( jajaja), yo lo seguiré queriendo demasiado. Su personalidad es única (como la de todos), es una de 3 personas que me "hechizan así".
Es mi cachorro preferido! (:
Es bastante poco, pues no estoy inspirada (por lo tanto tampoco habrá capitulo nuevo xD)

viernes, 5 de marzo de 2010

Burrito!

Tenía que encontrar la forma de quitarme la sangre de mí piel y de mí ropa. Me pasó por la cabeza bañarme en algún río, lago, estanque y ahí mismo enjuagar mis ropas, pero no podía desnudarme por ahí y andar como vine al mundo mientras se secaba mi vestido (Aunque no necesitara hacerlo no había nada parecido cerca de ahí). Y al ver que el cielo estaba nublado supuse que llovería y usaría el agua que callera para lavar mi vestido y a mí sin necesidad de desvestirme.

Mientras esperaba a que el agua comenzara a caer de las nubes, caminé por la arboleda con el fin de conocer más a fondo el lugar y pensar en aquella voz que aún seguía dándome vueltas en la cabeza.
Ese ángel se había convertido en mi droga, siempre que podía lo buscaba por todos lados, incluso lo buscaba en lugares imposibles de llegar.
Era un mal día, aún no había visto a la Luna ni al cielo estrellado, no llovía, y todos se habían marchado a "un asunto importante",yo me había quedado sola sin nada que hacer (ya me había cansado de buscarlo todo el día) y por si fuera poco no habpia comido ni bebido absolutamente nada. Al poco tiempo de estar ahí caí inconciente debido a la falta de energía.
No sé cuanto tiempo duré inconciente, sólo sé que fue demasiado, pero me incorporé nuevamente, esta vez estaba en una habitación completamente blanca (incluía el inmueble) y bastante iluminada, estaba segura de que eso no era un sueño.
Me senté en la cama y observé la habitación. Al instante recordé la sangre y me volví rápidamente a la cama, creí que las había ensuciado con mí ropa, pero no fue así, las sabanas estaban en un perfecto blanco. Miré mi cuerpo, para mi sorpresa tenía puesta otra ropa y yo ya no estaba sucia, aunque aún me moría de hambre. Pensé en levantarme, pero me volví a acostar, la ropa limpia no me quitaba la falta de energía.
-¿Quién vive? - grité para saber de quién rayos era la casa en la que me encontraba. Y se asomó nada más y nada menos que el ángel. Sentí como si mi cara se iluminara - Hola, ¿Me podrías decir cómo le hiciste para lavarme y cambiarme?
Él sólo se rió y salió de la habitación. Me puse de pie y lo seguí aun esperando la respuesta.
-Tal vez creas que soy un enfermo, o quizá de donde vienes todo es demasiado realista - me explicó con una sonrisa - Existe algo que se llama magia, señorita.
-No me digas señorita, me hace sentir... rara - ni de broma le creía eso de la "magia", pero tampoco creía que era un vil enfermo mental ni un ángel libidinoso...- Explícame eso de las respuestas - dije de golpe.
-¿Tienes hambre? - ¡¿ QUÉ CLASE DE PREGUNTA ERA ESA?! Claro que tenía hambre. Mi reacción le respondió y rió - Tus ojos te delatan
-¿Qué tienen mis ojos? - los tapé con mis manos. Volvió a reir.
-No tienen nada. Te digo que es fácil ver a través de ellos. - Quién sabe como le hizo, pero de la nada sacó un burrito gigante (:°).
- No te creo nada, si en verdad ves a través de ellos ya sabrías que no tengo ni la más remota idea de quién eres, ni cómo fue que te reconocí, y ya me hubieras dicho de qué es el burrito.
-Ambos sabemos que ninguno de los dos sabe su respectivo nombre (Si, eso de no poder nombrar era un vil PAYASADA). Tú eres yo y yo soy tú ¿comprendes?
-No, ¿en qué sentido?
-Em... Como un guía hecho especialmente para tí, más o menos como tu conciencia.
-Entonces, ¿Ya sabían que vendría?
-Tienen que saberlo. Es necesario tener un control sobre lo que viene y se va. - dejó el burrito por ahí y comenzó a explicarme - Este lugar es como una "vida alterna". Durante toda tu vida has estado buscando una mejor a la que tienes, y la encontraste junto con los que ves aquí, pero eso no era suficiente, pues el tiempo que no los veías era el tiempo que estabas con lo que no querías, pero para estar aquí era necesario tu muerte en la otra.
-¿El sueño que tuve fue la manera en la que morí?
-Supongo.
-¿Qué es exactamente este lugar?
-Tu imaginación, ponte a comer - Una de dos, o no sabía que era ó ya estaba arto, aunque, pensandolo bien era porque el burrito podría enfriarse (xD)
Deboré mi comida en muy poco tiempo.
-Una última pregunta. La vez que hablamos en el bosque estaba buscando a...
-Ya sé de que hablas. Yo manipulo el tiempo y lo que se me de la gana, en ese momento lo detuve por completo, todo se quedó congelado, y al retirarme tuve que dejarlo correr nuevamente.

Un delicioso baño en sangre...


Siempre pensé que la confianza de una la crearía en quien aquella persona en la que se deposita... Pero no fue más que un maldito error...
No sirve de nada sentir algo por alguien que no comparte el mismo sentimiento
Prefiero no tener sentimientos, así no se desperdiciarían con quien no los merece
Prefiero no tener tiempo, así no lo desperciaré estando con quien no lo vale
Prefiero no tener vida, así las cosas serían mejores, tanto para mí como para otros
Prefiero un acto suicida...
Y así terminar con todo el sufrimiento...

~°~

No pude resistir más el sufrimiento de lo que parecía un sueño, pero tampoco quería despertar, estaba dormida tan cómodamente. Desgraciadamente la luz del sol cayó en mis ojos obligandome a despertar.
Al abrir los ojos sentí que un líquido entraba por ellos y me los tallé, intenté ver si podría abrirlos sin que el mismo líquido entrase por mis ojos, y sí lo logré, pude ver que este era sangre. Me asuste y me levanté de golpe. Me encontraba donde aparecí ayer, sólo que esta vez todo estaba lleno de sangre, incluyendome. No podía ver otro color que no fuera rojo.
Comenzé a caminar por el ensangrentado bosque, buscando a los animales que había visto el día anterior, para saber qué había pasado y si estaban bien. No tenía ni la menor idea de por dónde iba, ni si estaba pisando los "regalitos" del can. Cada vez hacía más frío. El miedo iba creciendo dentro de mí, apoderandose totalmente de mi cabeza.
-¿A quién buscas con tanto apuro? -preguntó una voz masculina detrás mío. Su voz era similar a una caricia, un dulce en medio de un montón de sal.
-No sé - mentí. El tipo de abrazó por detrás y me susurró algo al oído. No entendí muy bien lo que me dijo (no le puse atención, pues estaba atónita). - ¿Quién eres? - Estaba nerviosa.
-No puedo pronunciar mí nombre, así como tú no puedes pronunciar el tuyo - Acomodó su cabeza en mi hombro - Ayer me viste y me reconociste. Ayer te vieron y te reconocieron. Yo soy la respuesta que buscas. Aunque el hecho de estar aquí no significa que lo hayas resuelto, soy como una sopa de letras extremadamente complicado.
-¿Qué es lo que realmente quieres? - pregunté con frialdad, me solté de los brazos del joven y lo miré directamente a los ojos - Hay algo más, algo oculto en tus palabras.
-Existen preguntas que te llebarán a otras... - dicho esto desapareció y curiosamente comenzaban a oirse las voces de quienes buscaba gritando y preguntando por mí. De haber podido reaccionar, les hubiera dado una señal de dónde estaba. Dejé que ellos me encontrarán.
Ellos, al igual que el ángel con el que estaba no tenían ni la más pequeña mancha de sangre (El ángel se ensució al abrazarme, pero sólo fue por eso que se manchó). Todos me miraban (había más y diferentes animales) muy sorprendidos, ellos tampoco sabían el porqué de la sangre.
¿Porqué antes de que el ángel llegara a mí no había ni rastro de ellos? ¿Porqué cuando éste se fue llegaron como por arte de magia? ¿Porqué rayos estaba tan atónita?
-¿Ustedes saben quién era él? - A pesar de que no lo vieron, estaban seguros de quien hablaba, así que lo tomé como un "Sí, sabemos quién es él".
-Sé que existe, pero desconosco por completo su nombre. Una vez lo vi, hablé con él, pero jamás me dijo su nombre - me dijo el Ocelote - Yo creí que lo conocías.
-Según él, sí. Ayer lo vi y lo reconocí. - Por fuera parecía asustada y confundida, pero por dentro aún sentía esa bella sensación que me dejó su voz.
Miré al cielo en busca de la Luna o el Sol, pero el cielo estaba tapizado con nubes rojisas y cafesosas. Busqué el olor a naturaleza, pero solo estaba el de la sangre. Volví a buscar el color verde de los árboles, arbustos y cesped, pero sólo estaba el rojo.

jueves, 4 de marzo de 2010

Adios vida...

Comenzaba a oscurecer, y yo seguía cureoseando por todo el bosque y preguntándome si volvería a mi antigua vida. Sé que lo que estaba viviendo en esos momentos era mil veces mejor que el mundo anterior. Ahí no había humanos, los repudiaba con todo mi ser (Yo era la única humana ahí), noimportaba cuantas cosas lindas hicieran por conservar el planeta, no importaban las bellas palabras que salían de la boca de los enamorados, para mí todo era falso, todo estaba muerto, no existía el amor verdadero. Aquella vida era como una rosa marchita, seguiría siendo una flor a pesar de que estubiera muerta, seguiría siendo vida aunque no la viviera.

Las primeras estrellas hacían su aparición con la Luna. Subí a la copa del árbol más alto para poder observar el cielo nocturno que tanto amaba. Me recosté en la rama que podría soportar mi peso durante toda la noche. No quería dormir, después de todo nunca había tenido la oportunidad de estar así en la noche. Era la primera vez que repiraba aire extremadamente puro, en la que el sonido de los coches no arruinada el panorama y que no había intrusos que dijeran que era tiempo de irse a casa.
El dulce aroma del bosque comenzó a arrullarme, y fui cerrando los ojos con la esperanza de no estar de regreso en el pasado al despertar. Que comodidad.
-"Arrulo que juega con brisa, la música es tu sonrisa, mi alimento, tu pecho, tu vida, un instante de luz, la partida" - cantaba con mis ojos cerrados y mis brazos colgando - ¿Cómo es posible que me acuerde de estas cosas, que me acuerde de aquella persona y no poder recordar quienes son ellos? - pregunté para mi misma en voz alta, segura de que nadie me escucharía.
- Te daría una respuesta si pudiera, pero por más que quiera no puedo hacerlo mi problema - sin darme cuenta el ocelote había trepado el árbol hasta donde yo estaba y puso sus patitas en mi frente.
- Tal vez eso no es ningún problema y yo lo convertí en uno... - no pude abrir los ojos, me estaba quedando cada vez más dormida - Pero, es mejor así. Es probable que existan cosas que no debo de recordar... Po ahora lo único que me interesa saber es porqué estoy aquí y cómo llegué.
Me era imposible mantenerme despierta, el sueño estaba por vecerme, y lo hizo un par de minutos después. El cielo nocturno desapareció para darle lugar a mis sueños.
El sueño comenzaba justo en el momento en el que desaparecí del mundo "real" (ya no sabía cual de los dos era el verdadero), tenía varios fierros atravesando mi corazón, pulmones y la parte baja del abdomen; mi cuello estaba tapizado por pequeñas piezas de vidrio. Habíamos chocado. Mis dos hermanos y mi madre estaban en perfecto estado, gracias a Dios, yo era la única herida, ni siquiera quién nos chocó tenía el más mínimo rasguño. Los policias (tránsito) se encargaban de interrogar a mi madre, y los paramédicos revisaban a mis hermanos. Yo todavía seguía en el auto, nadie me había notado, ni siquiera mí familia, que sabían perfectamente que yo iba con ellos. Preferí pensar que aún no me sacaban de ahí porque ya sabían que no podría sobrevivir, aunque yo me sentía bastante bien. Y en más de una ocación traté de llamar la atención de mi madre, pero no me escuchaba, y en cada intento fallido la vida se alejaba de mí cada vez más hasta matarme...

martes, 2 de marzo de 2010

Al fin un espejo

Entre más nos adentrábamos en la arboleda, más espinas y porquerías había, pero el perro caminaba con toda la tranquilidad del mundo, como si se hubiera memorizado la hubicación exacta de cada cosa. Evité quejarme, sabía perfectamente que el can diría algo que no iba a ayudarme en lo obsoluto, preferí seguir caminando con sumo cuidado.

Estaba a punto de pisar un grandisimo mojón de no sé quien (miré seriamente al perro), puesto que no lo había visto antes. Al momento en el que le iba a reprochar el hecho de que dejara por ahí su amada mierda escuché moverse a las ramas. Miré hacia atrás para ver de qué se trataba y había un enorme elefante morado...¡¡MORADO!!....No, la verdad no, no pude ver nada ya que un ocelote me cayó encima,y como no estaba lo suficientemente pesado como para tirarme un lobo cayó después junto con una suricata que tenía una sandía. Por suerte mi rostro no quedó sobre la popo.
- ¡Bolita! - gritó el perro como si o fuera suficiente tener a tres animales sobre mí.
- ¡Ugh! - fué el sonidito que hice cuando el perro se aventó como los otros.
Quedé igual que las cosas que estaban tiradas por ahí, poco faltó para que mis ojos salieran de su lugar. Traté de levantarme, pero eran demasiado pesados como para levantarlos a los cuatro animales y a la sandía.
- Hola hija - saludó la suricata.
- ¡Holaaa! - Aún más enérgica, la (el) ocelote, pero ni ella ni el lobo se quitaron de encima (¬¬)
- Em, me gustaría ponerme de pie y estar en un lugar mejor - dije para mi misma, obviamente con el afán de ser escuchada y que alguien dijera algo como "Uh, yo sé de un lugar mejor" quitarseme de encima y dejarme caminar comodamente, pero noooo.
- Yo también quisiera hacer eso - Al parecer el ocelote se había dado cuenta de mi "plan" (Uy si, un plan), comenzó a burlarse - Pero estoy bien aquí.
Me vi obligada a resignarme y quedarme ahí hasta que se aburrieran de usarme como asiento, cama o lo que sea. De pronto vi a un hombre alto de cabello negro que me llamó mucho la atención, y al reconocerlo me levanté tirando al lobo y al ocelote (no me fijé en dónde cayeron), corrí tan rápido como pude, pero cuando llegué no había nadie. Miré por todas partes por si las dudas y vi un espejo (*0*).
-OMG! - comenzé a mirarme en él. Mi cabello ya no era corto (:D), estaba demasiado largo, negro y liso - Estoy bien buena. Algún día me casaré conmigo.
Escuché algo similar a un grito que decía "vanidosa", o algo así, estaba distraida admirandome.

No estoy ebria, no estoy fumada, tampoco estoy loca, simplemente pasó.


Esto es una manera de expresar lo que vivo, de evadir mi realidad...
~°~

Comenzaba a hacerse tarde para ir a la prepa. Los regaños de mi madre hacían distraerme más y más y ver el cielo esa mañana, ver a la Luna como jamás la había visto. Ahí estaba, bella como siempre, solo que ésta vez tenía un toque mágico que llamaba mucho mi atención.
Subí al carro, mi madre había puesto música cristiana, mi hermano intentando mostrarme la apariencia de aquella mañana, y al igual que yo, mi hermana iba en completo silencio pensando en quien sabe qué cosa. Quisiera recordar las otras cosas que sucedieron durante el viaje, pero fue a mitad de él cuando perdí el conocimiento, cuando vi por última vez ese mundo tan muerto, cuando la vida ya no pudo abandonarme más... Desperté. Estaba recostada sobre el pasto, el aire era fresco, aún no abría los ojos, pero me sentí bañada con la sombra de un enorme árbol. No quería levantarme, ni abrir mis ojos, no tenía ganas de enfretar la realidad y darme cuenta de que todo fue una broma de mis sentidos, pero una voz me obligó a hacerlo.
- Despierta, o realmente estarás muerta - Esa voz me era familiar. Me levanté de golpe al escucharla.
Esperaba seguir en el mismo mundo de siempre y ver que quien me hablaba era humano, por desgracia no fue así. Frente a mí se encontraba un perro, bastante cómico debo admitir. No pude evitar sonreirle.
- Hola perrito gracioso - saludé mientras me ponía de pie. Y al tratar de acariciarle la cabeza vi mis manos. Eran completamente distintas, mis uñas cortas y pintadas de negro, y mi piel era muy pálida, similar a la de los vampiros. Rápidamente me fijé mi cuerpo, mi complección había cambiado y en lugar de pantalones y una blusa negra llevaba un vestido negro sin mangas, y me llegaba a la altura de las rodillas, de calzado unas sapatillas negras. Intenté ver mi rostro, pero no llevaba ni celular, ni Ipod, ni el espejo de la cajita de mi maquillaje, en pocas palabras no portaba nada de lo que antes sí. Sentí un gran hueco en mi estómago al no poder ver mi reflejo, ni siquiera en agua.
- Vanidosa, como siempre - Ese perro comenzó a darme miedo. ¿Cómo sabía que lo que buscaba era algun objeto para reflejarme?¿Cómo sabía que solía hacer eso? - No te asustes - Dijo el can al ver mi cara de wtf - Tal vez no recuerdes nada, pero nos conocemos y tú sabes mi nombre.
Negué suavemente con la cabeza sin cambiar de expresión.
- Sé quien soy, pero no puedo pronunciar mi nombre; tengo mi memoria intacta, pero no puedo recordar nada - dije tranquilamente, pero en mi interior todo se consumía - Dime dónde estoy, qué hago aquí y como llegué a este sitio.
- ¿Quieres regresar con toda esa gente que tanta repulsión te ha causado a lo largo de tu vida, a ese mundo muerto?
- ¡No!
Dí un largo suspiro y me recosté nuevamente en el cesped, mirando el cielo, esperando una respuesta.
- Recuerdo a un lobo, una suricata y a un ocelote... Y a un perro cómico - lo miré burlonamente, pero él siguió sentado ahí donde mismo, tan serio y gracioso a la vez. - ¿Me llevarás con ellos?
El perro hizo caso omiso a mi pregunta, o al menos eso creí cuando se marchó de ahí y desapareció entre los árboles. No quise quedarme sola ahí, así que me puse de pie y corrí para alcanzarlo.

lunes, 1 de marzo de 2010

Flor blanca


Hay veces en las que me pregunto el porqué de los nombres (como todo mundo), pero no siempre lo sé.

Al regresar a mi casa pude observar que había "nacido" la primera flor de planta, y fue presisamente el color de esta la que me llamó la atención, era blanca. Me recordó a uno de los muchos nombres que en mi vida he tenido y que ya no he vuelto a escuchar.
No sé si los nombres se asignen por ser lo primero que se viene a la cabeza o porque es lo que sucede al momento de nombrar algo o a alguien. Por ejemplo, el viernes pasado conocí a alguien a quien llamé padre no recuerdo porqué, pero él, al no conocer mi nombre me dijo que sería Luna porque no la había visto hasta en momento, al igual que "Blanca" (Shira... En realidad es Shiro, pero es una adaptación) también fue traducido al japonés, es decir Tsuki. Al llegar a mi casa busqué relaciones entre ambos nombres.
1.- Esa misma noche la Luna era blanca (al igual que muchas otras, pero así era).
2.- Ninguno de los dos tenía la posibilidad de volver a ser usado.
3.- Al escucharlos sentiría la misma sensación.
4.- Muy pocos conocerían el origen de este.
5.- Ambos merecen una entrada en este blog.
Hay más, pero me falta tiempo y recordarlas a cada una de ellas.