Esperaba estar muerta después de quel pequeño encuantro con la peeeerraaaaaaa, y si no moría con ella, seguramente moriría en manos de alguien más. Aún no era mí momento, así que seguí buscando, seguí arriesgandome como si mi vida dependera de ello (o lo que es peor, la belleza heredada de.... de por ahí xD)
Mi camino había terminado en una hermosa playa de arena fina y tibia, el mar estaba tranquilo, pero solamente en la orilla. Estaba nublado al horizonte, había rayos, el mar estaba muy agitado, golpeaba con furia un enorme pedazo de hielo, que nada que ver con el cálido clima de la playa. La parte superior (de la cabeza a la parte baja de la espalda) de lo que parecía ser un humano con cabello alocado salía del mar, al igual que yo observaba el gigantesco iceberg.
Me acerqué más a donde estaba la creatura. Tenía enormes aletas rojas en lugar de cabello, su piel era azul, sus orejas eran puntiagudas y más alargadas que el tamaño promedio, también tenía aletas en codos y muñecas, estaba semidesnudo y tenía branquias. Me dio cosa hablarle, pues desconocía su humor. Caminé despacio y sin hacer mucho escandalo. La creatura volteó y me miró con sus ojos completamente azules. Salió con cuidado del agua y se acercó a mí con actitud pasiva.
- Buenos días - Su voz me recordaba a la de Abe Sapiens (La cosa azul que aparece en las películas de Hellboy xD) - Mi nomre Kadath. - Nunca en mi vida me había tocado ver a un hombre pez.
- El mío es Lynn - No podía decirle que me llamaban Pola, iba a sonar estúpido a comparación con el suyo (xD)
- Por lo que me han dicho, cada alma a tomado forma humana, si es así mi raza ha sido la única no afectada. Juraría que antes eras un tigre.
- Supongo que quien te lo djo está en lo cierto. No sólo yo he vuelto a ser humana, mi familia también a sido transformada. Si tan sólo pudiera deshacerme de Shira, todo volvería a ser tan pacífico como antes.
Pacífico o no, extrañaba muy en el fondo esa vieja vida. Antes era inmune a todos esos sentimientos que me lastimaban, antes podía hacer miles de cosas que ahora no puedo, antes la venganza era más que dulce, antes todo era perfecto. En esos días yo no era vanidosa, sino todo lo contrario, me odiaba tan profundamente, no podía ni ver mi reflejo, pero odiaba más a la humanidad, menos a una persona. Ese alguien era la única persona con la que mi antiguo yo anhelaba vivir. Mi vida estaba pintada del color más bello que pudo haber existido, el negro.
Fueron dos personas quienes sin darse cuenta derritieron ese hielo.
Que mal... Que desgracia... Que estrés... No me quise dar por vencida sin antes dar batalla... No quería dejar existir al frío... No quería perder esta parte tan bella de mí... No quería ser tibia... Un duelo a muerte... La solución perfecta... Mi hijo ya no me importaba, ni nadie, sólo me importaba batirme (No, no hablo de batirme con la batidora ¬¬...).
Observé detenidamente el enorme iceberg. Sabía que tenía un mensaje, pero no lo acataba.
La playa comenzó a enfriarse, el viento azotaba con fuerza todo lo que había a su paso.
-¿Porqué hace tanto frío? - pregunté al hombre pez que me miró esperando otra pregunta - ¿Acaso es ella quién provoca esto?
-No, es obra tuya. Este es tu dominio - señalo toda la playa incluyendo al bosque - Y eso - Su mano se centró en el iceberg - Es el de ella. Es su castillo. Tú no puedes afectar lo de ella, ni ella el tuyo.
El mar emitió un horrible sonido. Comenzó a congelarse rápidamente y nevaba sobre él y el trozo gigante de hielo. El hombre pez me dió a entender que ese era el llanto del mar, que no sólo yo estaba actuando, Shira también lo hacía. Al cabo de cinco minutos el mar estaba totalmente congelado y la nieve tenía casi un metro de altura.
-Eres de poca ayuda, ¿lo sabías?
-No puedo ayudarte, este es tú trabajo, no el mío. Yo no he pasado por cosas así, yo...
-Ya entendí... Por ahora me gustaría saber cómo voy a cruzar esto.
Comenzé a caminar en dirección al mar, subí sin dificultades a la nieve. Para mi sorpresa no me hundía, podía caminar sobre ella como si fuese tierra sólida. Al estar segura comenzé a correr tan rápido como podía.
Estaba tan adormecida por el hielo que ni siquiera sentí ni la más mínima molestia al volverme tigre. Porqué me tranformé no sé, sólo sabía que estaba feliz de haberlo hecho y que la adrenalida estaba presente en mí más que nunca. En ocaciones me aburría del mismo panorama, pues no llegaba a mi destino.
Distinguí leves jadeos y pisadas en la nieve. Me detuve en seco para ver a mi alrededor. Todo era blanco, no había azul ni gris, sólo blanco. En el horizonte unas pequeñas figuras se hacían cada vez más grandes, dando forma a un ocelote, un lobo y un perro. Me eche a correr para perderlos de vista, si no veian a donde me iba no se pondrian en peligro. Pero como odio mi aura, que dejo un rastro de mi que era mas perceptible para mi padre. Continue corriendo tan rapido como me era posible, por desgracia me alcanzaron y saltaron sobre mi enterrandome en la nieve.
Distinguí leves jadeos y pisadas en la nieve. Me detuve en seco para ver a mi alrededor. Todo era blanco, no había azul ni gris, sólo blanco. En el horizonte unas pequeñas figuras se hacían cada vez más grandes, dando forma a un ocelote, un lobo y un perro. Me eche a correr para perderlos de vista, si no veian a donde me iba no se pondrian en peligro. Pero como odio mi aura, que dejo un rastro de mi que era mas perceptible para mi padre. Continue corriendo tan rapido como me era posible, por desgracia me alcanzaron y saltaron sobre mi enterrandome en la nieve.
- Dejenme ir - me levante y conteste friamente - Es obvio que morire si pierdo, y aunque gane me despojaria de mi vida.
Camine hasta perderme en la blancura de la nieve. Era cierto, no regresaria. Mi muerte lo solucionaria todo, ya no existiria ni el fuego ni el hielo, todo acabaria dentro de unas horas.
ESTE ES UN FINAL ALTERNO, EL VERDADERO DESENLACE ESTA MUY LEJANO POR DESGRACIA.
YA NO HABRAN MAS HISTORIAS... AQUI MUERE TODO...
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