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jueves, 9 de diciembre de 2010

Bitácora #2 de Vincent Stewart

27 de noviembre de 1989

Hoy se me permitió ver a la pequeña. Sus ojos son rojo carmesí, algo realmente extraño. Según me han dicho, era hija de la adinerada familia Rumsfeld, la cual fue asesinada esta misma tarde, debido a si indiscreción ante los hechos que se presentaron el día catorce del mes cinco de este mismo año.
Mi superior me negó el permiso de volverla a ver, pues, al parecer, la reina cambió de parecer y no quiere que nadie la vea. Mi tarea ya no es cuidar de ella ni vigilarla, ahora se me ha asignado un grupo de jóvenes, al cual debo entrenar y preparar para misiones especiales. Creo que ninguno de ello está consciente del verdadero fin de estas "misiones".
Al morir Vesuvius, fue inmediatamente reemplazado por mi hermano, Cronos Stewart. Tengo motivos para pensar que nada de esto es normal. No habrían matado al antiguo presidente de no haber intentado llevarse a su hija.
Otra cosa que me es necesario reportar, es el hecho de que la mayoría del personal que ha tenido contacto físico con la bebé ha caido muerta al instante, incluso han muerto teniendo lo que, según las leyes de la física, los hace inmune a lo que provoca su muerte.

Bitácora #1 de Vincent Stewart

14 de Mayo de 1989

Con a penas un mar de meses de edad, una pequeña ha sido traída a nosotros por mandato real. Dudo mucho que un bebé logre sobrevivir bajo las circunstancias en las que nos encontramos. El fin de traerla, es totalmente desconocido, nadie se atreve a cuestionar la decisión que la reina ha tomado. Lo único que sabemos es que esto se hace a espaldas del rey, y que por ninguna razón debemos permitir que la saquen de aquí.
Tal parece que la llegada de dicha bebé ha tranquilizado a la mayor parte del reino, ¿por qué? No lo sé. Por ahora mi orden es cuidarla, mantenerla aquí y tener un registro de sus actos.
Es todo por ahora.

jueves, 2 de diciembre de 2010

¿Qué saben ellos?


¿Saben qué color me gusta?

¿Saben qué odio?
¿Saben qué me gusta hacer?
¿Saben qué música me gusta?
¿Saben por qué escribo?
¿Saben qué siento?
¿Saben cómo me siento?
¿Saben qué quiero sentir?
¿Saben cuáles son mis sueños?
¿Saben por qué odio tanto a la sociedad?
¿Saben por qué muchas personas me dan asco?
¿Saben qué olor me agrada?
¿Saben qué flor me gusta más?
¿Saben dónde me gusta estar?
¿Saben dónde me gustaría estar?
¿Saben cómo me gusta estar?
¿Saben por qué quiero a las personas que aprecio?
¿Saben a qué llamo yo un amigo?
¿Saben lo que para mí es la vergüenza?
¿Saben por qué no me importa nada?
¿Saben cuál es mi motivación en la escuela?
¿Saben siquiera si la tengo?
¿Saben qué quiero cómo motivación?
¿Saben en dónde me gusta comer?
¿Saben qué es lo que más me desanima?
¿Saben qué es lo que más me anima?
¿Saben qué es lo que me tranquiliza?
¿Saben a quién le debo mi sentimiento hacia la sociedad?
¿Saben por qué nadie sabe cómo soy?
¿Saben por qué no quiero escuchar a nadie?
¿Saben por qué soy tan poco emotiva?
¿Qué saben?
¿Por qué quieren adivinar lo que pienso si ni siquiera conocen mis gustos?
¿Qué los hace pensar que tienen total conocimiento en mi vida?
¿Yo?
¿Ustedes?
¿Creen que tienen derecho a decirme qué es lo que debo de pensar?
¿Quién les dijo que eran importantes?
¿Yo?
¿Ustedes?
¿Los demás?

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Caparazón de espinas

Siempre eran tiempos de guerra en un país en desarrollo, un país que extrañamente nadie conocía por su diminuto tamaño. Había conflictos graves cada 100 años, era el mismo patrón que tenía una llamada flor de esperanza, la cual era nada más y nada menos que una rosa que crecía en medio de la capital. Esta flor no tenía relación alguna con los sucesos del país.

La rosa creció escuchando las melodiosas sinfonías en piano, los maravillosos cuentos de hadas que las madres contaban a sus hijos y viendo como las parejas caminaban sumamente perdidas en el amor. Así, junto con ella, fue creciendo un fuerte deseo de encontrar a quien le acompañaría por el resto de su vida, esperando, al jardinero que la cuidaría hasta marchitarse. Conforme el tiempo pasaba y la guerra crecía, la flor fue perdiendo la esperanza, pues veía cómo las parejas discutían y se separaban, al oír gritos de terror en lugar de escuchar el piano y la manera en la que los niños que para entonces eran adultos se pervertían.

No pudo hacer otra cosa más que entristecerse, y poco a poco fue rodeándose de sus espinas, lastimándose a sí misma con ellas. Esto no le importaba con tal de no ver, sentir o escuchar ese aterrador mundo en el que se encontraba. Cada día, su caparazón de espinas se hacía más grueso. Aún anhelaba tener a alguien junto a ella.

Meses después, llegó su último día de vida, el día en el que se marchitaría sin haber cumplido sus sueños. Por un momento deseó ser como el resto de las rosas, quienes tenían la suerte de poseer a una persona que las cuidara, por ser como las demás plantas, que tardaban días en marchitar, por no tener que volver a vivir en el siglo siguiente.

En el momento justo en el que decidió dejarse morir, una mano ensangrentada atravesó su fortaleza y acarició sus pétalos al tiempo que se deshacía de la gran cantidad de espinas que había. En ese instante pudo escuchar nuevamente las melodías en piano que tanto le gustaba oír, así como los cuentos de hadas que solía escuchar.

Desde ese entonces ya no tuvo que nacer cada siglo, ni siquiera se había marchitado. Había sido la primera flor que lograba conseguir lo que más deseaba.

martes, 12 de octubre de 2010

No sé qué es.


No sé qué es. ¿Será que a pesar de todo aún te sigo amando? ¿Será que después de todo aún sigues en mi? Esto es locura Esto es amor Quisiera saber qué está mal Quisiera saber porque seguimos complicando las cosas Yo sé muchas cosas que tu no  Pero tu no sabes nada No eres el mejor No eres inteligente No eres para muchas guapo Para mi si Cometes muchas estupideces Las mismas que yo, tengo que decir  No está mal Siempre y cuando tu y yo estemos juntos  Qué sorpresa No lo estamos Ya no importa Creo que cada quién esta bien es su camino  Hasta pronto No me evites  Que yo no te evitaré Me dará igual lo que hagas Incluso si me odias  Ya no importa

jueves, 16 de septiembre de 2010

What is this? Who are you?

Hace mucho que no tengo tantas ganas de buscar a alguien, de querer estar cerca.

Hace tanto tiempo que nadie me roba los pensamientos.
Hace demasiado tiempo que mi corazón se aflije.
¿Quién eres?
Siempre te veo.
Siempre te siento cerca.
Siempre siento el calor de tu cuerpo.
Siempre escucho tu voz.
Siempre te anhelo dentro de mis sueños.
Siempre terminamos juntos.
¿Te conozco?
¿Me conoces?
¿Porqué me ayudas?
¿Ganas algo?
Es cierto... Se supone que nadie sabe quién eres... Pero yo lo sabré tarde o temprano...
Sí me usas para mal, de todos modos lo sabré, así como tú sabrás quién soy.

jueves, 26 de agosto de 2010

¿Dónde estás?

Sé que está aquí, pero no lo veo. Aquí debería estar, pero no logro sentirlo. ¿Estoy segura de que este es el lugar? Sí, pero aún así no lo veo.
Quiero verlo, quiero abrazarlo, quiero vengarme. ¿Dónde estás? ¿Por qué estás lejos de mí? ¿Por qué quiero te necesito?
No puedo simplemente enterrar estos sentimientos en lo más profundo de mi corazón, porque siempre que te sientan saldrán, sólo a lastimarme y para crear una dependencia hacía ti.
¿Quién eres? ¿Te conozco? No puedo recordarte, mucho menos sé si te conozco. ¿Sigues estando aquí? Tengo que encontrarte. Te quiero, te necesito, te detesto.
¡¿Dónde estás?! Me estoy desesperando, mientras más tiempo tarde en hayarte más grandes son las heridas de mi cuerpo y de mi corazón. Si tanto tengo que verte, ¿por qué no estás a mí lado?, ¿acaso tengo que encontrarte yo? ¿acaso tu también me has olvidado? ¿porqué yo y no tú?
Me pregunto si tu también estás pasando por lo que yo, solamente para dar conmigo.
¿Porqué necesito que tus brazos me rodeen? ¿porqué me quitas el sueño? Solamente cuando estoy dormida puedo sentirte cerca, sin embargo mi mar de pesadillas me mantiene presa hasta el amanecer. ¿porqué al despertar me duele el cuerpo?¿porqué tengo heridas que no recuerdo haberme hecho?
No importa. Si eres importante para mí y yo para ti, si dependemos uno del otro, si perdemos el sueño por nosotros, significa que daré contigo y tú conmigo muy pronto. Pero aunque sepa que estamos más cerca de lo que pensamos, seguiré sufriendo si no te veo, si no te siento, si no te escucho.

lunes, 19 de julio de 2010

Antes de regresar a la tierra


Despierta… Es hora de regresar a la tierra…

¿Por qué?

Recuerda nuestros motivos…

No puedo, tú tienes todos mis recuerdos.

Te regresaré cada momento en cuanto estemos en la tierra…

Siempre dices que detestas a las personas,

¿por qué ir a donde está repleto de ellas?

Creí que no recordabas nada…

Nada antes de llegar aquí…

Sea lo que sea no cuentes conmigo.

Tú y yo sabemos que estoy mejor aquí que allá arriba.

Me siento más segura en este sitio.

La tierra es mucho mejor, ahí hay mucho que admirar.

Te aseguro que justo cuando estés allá

no vas a querer volver.

Dime qué es lo que tengo que hacer.

Mata a quién nos condenó.

Las personas cambian,

así que no puedo saber quién es exactamente,

pero lo reconocerás de inmediato.

¿Qué pasará si no lo encuentro?

¿Dónde viviré? ¿Las personas me harán daño?

Descuida. Allá arriba todos te respetarán

y tendrás un lugar dónde vivir.

En cuanto encontrarlo, será bastante fácil.

Espero que no lo arruines.

¿Cómo podría arruinarlo?

¿Tenía alguna relación con esa persona?

No… Ninguna…

domingo, 30 de mayo de 2010

Una tarde de mayo


Escribir sueños no es una de mis cosas favoritas, pero el que tuve hoy fue uno de los más extraños y no me gustaría olvidarlo.

Desperté en la mañana del 31 de mayo, mi cumpleaños. Desde el año pasado había temido la llegada de esta fecha, pensando que sería un día caótico y demasiado decepcionante para mi, tal y como sucedió en los cumpleaños anteriores, pero de alguna manera, me sentía rodeada de una paz que nunca en mi vida había sentido, sentía la belleza de la mañana desde mi cama.

Me levanté y me arreglé para salir a mi patio. No había nadie dentro de mi casa, solo había una tipa de cabello largo y negro esperándome cerca de mi parrilla. La edad de esta persona cambiaba constantemente, de un momento a otro era una niña de aparentes 8 años, y a otra tenía mi misma edad, tal vez sin darme cuenta tenía dos años mas que yo, pero eso no importa.

- Felicidades, bebé – fue lo primero que me dijo al verme salir, no con un tono dulce ni amable, sino serio y a la vez burlón. Como odiaba que me llamara así, no cabía duda de que se trataba de Shira.

Caminamos juntas hacia el portón de la casa, hablando del caos que esperaba para ese día y de lo tanto que odiaba la fecha. Una vez frente a la reja, comenzamos a observar las casas de al frente y como jugaban los niños afuera de ellas. Más de una vez, confundí los físicos de algunas personas que quería ver ese día, y cada que confundía a alguien, una amiga de la preparatoria aparecía junto a mí y contemplando conmigo lo que sucedía en la calle, pero a ninguno de ellos ansiaba tanto ver como a las personas que estaba esperando.

Me di por vencida, di media vuelta y regrese a mi casa. Todos me seguían, preguntándome que haría para celebrarme, menos Shira, solo caminaba a mi lado, mirando al frente y luego al suelo, esperando algo. Cada persona iba desapareciendo a medida que me acercaba a mi casa hasta quedarme sola nuevamente con Shira.

- Aquí empieza todo – no tengo ni la menor idea de quien lo dijo, pero estaba sola en mi patio.

Un hombre regordete apareció sentado en la parrilla y una señora con ropas elegantes, que al aparecer era su esposa, estaba parada junto al hombre, sosteniendo sus lentes. Aparecieron un par de personas más, esta vez junto a la palmera, el cielo comenzó a adoptar un color guindo bastante claro. El sujeto gordo y yo comenzamos a discutir, no recuerdo el porqué, pero de la nada comenzó a lanzarme objetos, tenia pésima puntería. Para evitar que esa mala puntería me diera, me encerré rápidamente en mi casa, fui directo a mi cuarto y busqué un collar, que según recuerdo, regalé a una persona a la cual no deseo ver más.

Escuche como comenzaba a llenarse mi casa de gente desconocida y familiares, todos me odiaban, no sé por qué, pero traté de escapar de ellos y salí nuevamente de mi casa.

Ya era de noche, y una de mis gatas estaba escoltando a una niña pequeña y rubia hasta el portón, poco a poco comencé a darme cuenta de que no solamente la escoltaba y que la gente que se encontraba dentro de mi casa me odiaba solo porque si. Me tenían miedo, sin darme cuenta yo ya era lo que siempre había deseado ser, la asesina más temida en el mundo. Llame a mi gata, pero esta me gruñía cada vez que me le acercaba, traté de convencerla de que no le haría daño. Cuando menos lo pensé, había un montón de gente reunida alrededor mío, todos mirándome con demasiado odio.

¿Podría la mejor asesina salvarse esta vez? No lo sabía, después de todo, si era cierto que yo era la asesina, era algo de lo que no estaba consciente al momento de serlo. Shira me había regalado esa oportunidad, pero no del modo que quería.

Me hubiera gustado deshacerme de todos los presentes, pero por desgracia desperté.

domingo, 16 de mayo de 2010

Más que una promesa


Sin saber qué pensar o qué hacer con el cadáver de la joven, ahí se quedo sentado en el suelo, esperando alguna idea o a alguien que por lo menos le fuese de conveniencia. Para desgracia de él, fue el príncipe de nombre Axel quien llegó. La cara del príncipe paso de ser tranquila a una mezcla de enojo, confusión y tristeza.

Ambos se miraron fijamente, cada uno manifestando cada vez un odio más grande, olvidándose casi por completo de la joven que yacía en los brazos de Roy.

- ¿Qué estas esperando para llevarla a que la sanen? – pregunto manifestando también en su voz su enojo.

- Tú qué dices que puedes percibir la muerte en una persona sin necesidad de tocarla, ¿no puedes ver que ya no se puede hacer nada? Nadie sobrevive tres días con una herida abierta y menos en el pecho.

El joven monarca le arrebato con cierta delicadeza a la joven y fue directamente a que la atendieran con sus mejores médicos.

Él sabía muy bien a quien llevaba en brazos, así como también sabía que tenía posibilidades de regresarla a la vida si es que realmente estaba muerta, puesto que no era la primera vez que la veía.

Existió un tiempo en la niñez de ambos en el que, a pesar de tener tan poca edad, el amor que había entre ellos los hacía inseparables. El estar cerca del otro era lo que los mantenía felices, era lo que los hacía invulnerables al sufrimiento, y con el paso del tiempo a la muerte. Pero esa felicidad se esfumo cuando comenzaron a los conflictos políticos y socioeconómicos en su reino y con las pocas alianzas que tenía. Esto último obligo que Houghton se separara de Kadah, y así, el destino se encargara de arrebatarles el sentido de sus cortas vidas. El sufrimiento de ambas familias fue tan grande, que para evitar morir a causa de la angustia, cada quien aprendió a olvidar el pasado, para así poder volver a comenzar y no volver a caer en el mismo error.

La noticia de la muerte de la joven fue dada a altas horas de la mañana, ninguno de los doctores pudo recuperar la vida de la joven. Las lágrimas fueron acompañadas por la lluvia, así como los sollozos por los truenos. Todos se encontraban en la habitación de la joven princesa, rodeando la cama donde esta yacía.

Antes de que todos abandonaran la habitación, Keniah se acerco a su hermana y le colocó un collar, cuyo dije tenia la forma de un ala.

- ¿Te quedarás un poco más? – preguntó antes de retirarse a Axel, quien estaba sentado a un lado de la cama. El joven asintió con la cabeza sin dejar de mirar a Shira. Keniah se secó las lágrimas y salió.

Una vez solo con el cuerpo, recostó su cabeza en una orilla del lecho. Estaba completamente agotado, puesto que desde hacía un par de días antes de la llegada de las princesas que no descansaba, y más pesados le fueron los días en los que luchaba por traer nuevamente a la vida a su prometida.

El ambiente había caído en manos del silencio. Nada se movió durante unos momentos, hasta que sin romper el silencio, Shira despertó y desperezó. Y tal y como si nada hubiese pasado miró a su alrededor, viendo así que no estaba sola, que su príncipe estaba dormido a un lado suyo. Se acerco a él evitando despertarlo, se recostó de manera que su cabeza quedara junto a la del joven y le acarició el cabello. Al sentir la cálida mano de la joven, Axel despertó inmediatamente, viendo a la princesa sonriente junto a él. No podía creer lo que sus ojos veían, verla con vida era tan bueno como para pensar que esto fuese verdad, así que se dio a sí mismo una fuerte bofetada.

- ¿Dónde está mi hermana? – por el momento, ella era lo único que le importaba, necesitaba saber cómo estaba y con quien estaba – Se ha llevado un buen susto, la pobrecilla siempre se preocupa por mí – aun débil, la joven princesa intento bajarse de la cama y salir de la recamara únicamente para ir junto a su hermana, pero cada vez que se ponía de pie caía – Por favor, llévame con mi hermana – insistía cada vez mas.

Con la intención de tranquilizarla, por lo menos un poco, Axel se acerco a Shira, se sentó junto a ella, la abrazó y le besó la frente.
- Tu hermana estuvo aquí – explicó en voz baja – Se ha marchado unos momentos antes de que despertaras. No hay nada de qué preocuparse, aquí no le pasara nada – dijo mientras le acariciaba el cabello - Tu deberías seguir descansando, tú misma has visto que necesitas reposo.

- No necesito reposar, ya estoy bien – volvió a ponerse de pie, esta vez durando un poco más de tiempo que las veces anteriores – Además, necesito ir a hacer algo importante.

- Te propongo algo – se puso de pie – Te dejare ir a donde tú quieras el tiempo que quieras, si me prometes que te cuidarás mucho, no me gustaría que murieras, no de nuevo.

La joven le sonrió con una dulzura que jamás había demostrado desde hacía mucho tiempo, se le acerco a muy escasos centímetros de distancia.

- Y yo no quiero verte sufrir – llevo sus cálidas manos a las mejillas del príncipe – Te prometo lo que tú quieras, aunque no vaya a ningún lado. No quiero preocuparte más. – Axel le abrazó de la cintura apegándola a él, mientras que la chica rodeo el cuello del príncipe y pegando su frente con la de él - Dime una cosa, ¿tú crees en el amor y esas cosas?

Para responder, los labios de ambos perdían lentamente distancia, lo que los llevó a un bien correspondido y largo beso. A pesar de que ellos habían estado juntos únicamente ese pequeño lapso de tiempo y ninguno recordaba nada de su pasado, estaban manifestándose los sentimientos que no habían podido expresar cuando niños.

sábado, 15 de mayo de 2010

Asward

Le tomó tres días sin descanso para llegar a donde la joven princesa le había ordenado ir a pesar de haber tomado el camino más corto y haber viajado a caballo. No sabía si las princesas llegarían doce horas después de su llegada, o si al igual que él, acortarían camino y llegarían antes.

En el castillo le recibieron bien, pues era sobrino del rey e hijo del archiduque, un festín fue hecho para festejar su visita al palacio. Tan ocupado le tenían sus parientes que casi olvidaba por completo la noticia que les tenia al rey y a sus hijos.

-Tío - se dirigió con respeto al rey unas horas antes de cumplirse las doce horas – Antes de que se me olvide o me presente algún familiar desconocido, debo anunciar la llegada de las hijas de Axor, rey de Kadah.

- Que gusto, comenzaba a pensar que jamás llegarían – dijo alegremente - Me gustaría saber cómo te has enterado de ello.

- Conozco a una de ellas desde hace cinco años. Antes de partir hacia acá, surgió un pequeño problema y no les fue posible venir conmigo, así que me pidió de favor que me adelantara y le anunciara su llegada.

Justo cuando el rey iba a preguntar acerca del problema, uno de sus guardias entró corriendo al castillo e informó fatigado que un par de jóvenes, una de ellas mal herida, habían arribado junto con dos caballos y un prisionero. Roy se dio cuenta de quienes se trataba inmediatamente después de escuchar las primeras palabras del guardia, y al igual que el rey, se apresuró en ir a donde las princesas.

Shira, quien estaba mal herida a causa de las flechas, no aceptó ningún tipo de ayuda, simplemente se apeó del caballo como si estuviera ilesa e hizo reverencia al rey.

- Siento la demora, majestad, como supongo ya le habrán dicho, surgió un pequeño inconveniente, que por suerte ya he resuelto. Mi nombre es Shira, señor, y el de mi hermana es Keniah.

- Es un honor tenerlas aquí – una voz dulce fue quien pronunció estas palabras, la reina había salido momentos después que el rey y su sobrino – Por favor, acompáñenme adentro, les mostrare sus habitaciones, y después hare que mis sirvientes le sanen las heridas.

- Si es tan amable, ¿podría permitirme un momento a la joven Shira? – Pidió a la reina – Yo la llevare a su habitación, si gusta, pero es de suma importancia hablar con ella.

La reina accedió con un pequeño movimiento de mano y con una sonrisa comprensiva en sus labios. Una vez el permiso dado, Roy, tomo con delicadeza la mano de la chica, y la llevo a dar un paseo por los jardines del castillo.

- ¿Quieres saber cómo fue que salí herida en una simple persecución? – preguntó después de un extenso e incomodo silencio. El joven asintió con la cabeza, al mismo tiempo que miraba el suelo al caminar – En ambas ocasiones estaba “dormida” – indicó las comillas con las manos – Se vinieron muchos recuerdos a mi mente cuando percibí un fuerte olor a vainilla, similar al que había en la mansión. Fue algo, totalmente inesperado.

- Inesperado es que me cuentes eso, supuse que me dirías algo como “Pues no te diré nada”. Sé que James no es capaz de lograr algo así, y menos contra ti.

- El segundo flechazo fue efecto de la pérdida de sangre.

- Si estabas así justo antes de recibir el segundo flechazo, ¿Cómo es que después de tres días sigas consiente? – Antes de terminar de preguntar, la joven se había desvanecido sobre el suelo, manchándolo de sangre – Vaya coincidencia…

Se sentó junto a la joven y la envolvió en sus brazos. Abandonó toda idea de llevarla a su habitación o a que le sanaran las heridas al no sentir señal de vida.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Una persecución con olor a vainilla

Para James, no sería buena idea viajar a pie con una princesa secuestrada al mismo que huía de alguien deseaba matarlo, así que luego de tomar presa a Keniah, fue tan rápido y sigilosamente como le fue posible al establo y tomó el caballo que más fácil le era robar. La poca experiencia de James en robos se vio reflejada cuando provocó que el caballo relinchara más fuerte que los gritos de la princesa y gracias a eso su paradero fuera revelado a la asesina, y que su torpeza aumentara por la presión de no ser capturado antes de cumplir su misión. Una vez robado el animal, ató las manos y pies de Keniah, la subió al caballo y se marcho rápidamente de aquel lugar, alejándose más y más de aquella casa de muñecas. ¿Cuántas posesiones más le robaría a la joven Shira? En la mente del chico solo cabía una cosa, y esa era la venganza.

Al escuchar los gritos de su hermana y los del caballo, Shira enfureció más y soltó un grito de ira que resonó en todos los alrededores de la mansión. Roy, que estaba a su lado sintió un ligero temor y muchas ganas de escapar de ese lugar, pues no quería que la joven se saliera de control y comenzara a destruir todo por su cólera.

- Que ni se te ocurra escapar – dijo sin expresar su ira – Necesito que vayas al reino de Houghton y nos anuncies. No tardare más de medio día en llegar. También informales que les llevamos un obsequio en nombre de mi padre, el rey de Kadah – dicho esto, se adentro al bosquecillo en dirección al establo, donde tomaría al caballo más veloz e ir en busca del bastardo que tanto deseaba matar.

Sabía que con ese caballo estaría pisándole los talones a James en cuestión de segundos, pero por desgracia el caballo que él había tomado era el más ágil y viajar a través del bosque le daría ventaja.

Algo que no comprendía la chica, era porqué cuando tuvo la oportunidad de deshacerse de él en el día anterior no lo hizo. Lo tenía todo para matarlo cuando estaban en el manzano, tal vez no lo hizo por su hermana, el cansancio borro toda idea homicida de su mente o simplemente tenía muchas ganas de llegar a algún lugar civilizado para poder cambiar sus harapos por ropa más cómoda.

No había pasado mucho tiempo desde que se lanzo en persecución, aun no lograba conseguir el mas mínimo rastro de él y su hermana, ni siquiera un grito. Pronto, un intenso olor a vainilla comenzó a invadir el ambiente, al principio era casi imperceptible, pero a medida que avanzaba se había mas fuerte e insoportable. Aquel aroma le recordaba su hogar y su madre, y dentro de unos instantes estaba navegando en un mar de tranquilidad, su odio se había transformado en paz, todo parecía ser un dulce sueño, el cual se desvaneció en cuanto una flecha atravesó el pecho de la joven, y sin detenerse, miro en todas direcciones buscando el origen de la flecha. Nada. No veía nada más que arboles, no olía nada más que vainilla, no oía nada más que las pisadas de su caballo.

- ¡Hermana! – comenzó a escucharse muy levemente después de un par de minutos al mismo tiempo que el aroma se agravaba.

La pérdida de sangre evitaba la pronta reacción de la joven, y su dolor la concentraba más en su herida que en su camino y en lo que escuchaba. Una segunda flecha la atravesó, teniendo el mismo efecto que la primera. Azotó las riendas, haciendo que el caballo fuera más rápido, permitiéndole alcanzar al bastardo.

La persecución los llevo a una pradera bañada en luz, encegueciendo a los tres obligándolos a detenerse. La joven Shira, hizo todo lo posible por recuperarse antes de James. Acerco su caballo al de él, mientras el chico aun se tallaba los ojos, desenvaino una de sus espadas y la apunto le apunto al cuello.

- Bájate del caballo y entrégame todas tus armas antes de que pierdas la cabeza – ordeno y bajo del caballo al mismo tiempo que él para evitar su escape. Una tercera flecha venia en camino, esta vez estaba lo suficientemente despierta para notarla y sin necesidad de voltear la detuvo con tan solo alzar la espada - ¿A dónde la llevabas?

Esta vez no era una flecha, sino el arquero junto a un par de espadachines, y de una sola vuelta mato a los tres partiéndolos en dos. Mientras la joven atacaba, el chico intento escapar, pero en cuando dio media vuelta, Shira lo noqueo golpeándolo con el mango del arma, lo amarr’o a uno de los caballos, de manera que al viajar fuera arrastrándose por el suelo, subió al mismo caballo que su hermana y partió de ahí con ambos caballos.

martes, 11 de mayo de 2010

Nunca se me ocurrió quererte, el amor es algo que mi cabeza a
escondido en el Rincón mas pequeño de mi corazón, este último ya no
soportó el encierro de mi mente y liberó toda aquella emoción que
con el tiempo logré controlar. Si algo puedo hacer es seguir a mi
corazón y aprender a soportar el dolor que el mundo cada día trae a
mí, lo que no puedo hacer es volver a caer en mi propio encierro, con
mi propia tortura.
Quisiera poder borrar lo que el tiempo me dejado marcado, quisiera
poder olvidar el camino a la fantasía, quisiera poder ser inmune a las
flechas de cupido, por lo menos no ser objetivo de sus ellas hasta
encontrar a un ser mejor.
No quiero amarte, no quiero necesitarte, cuando se que pronto te
apartaras de mi lado, cuando se que jamás fuiste para mi. Olvidame,
así como yo olvidare que alguna vez te quise. Tal vez el tiempo me
enseñe lo que olvide, tal vez la vida me demuestre porque encerré a
mi corazón.
Mi valor no depende de ti, mucho menos mi vida, pero si depende de ti
la forma en la que vea a la vida misma, también al sufrimiento, según
la felicidad que me des... Y vuelvo a caer en la fantasía, en un
sueño, ¿cuando aprenderé la lección? ¿cuando me daré cuenta de
que por mas que ate mi vida a ti seguiré sufriendo? ¿cuando
aprenderé a diferenciar la fantasía de la realidad? ¿cuando
aprenderé a vivir sin ti? Nunca, porque te amo, tal vez mas de lo que
imaginas, tal vez mas de lo que imagino...

lunes, 3 de mayo de 2010

Sed de venganza: El regreso del bastardo (pom pom pooooom)

Una vez terminada la cena cada quien regreso a su respectiva habitación sin dirigirse la palabra.

Las habitaciones de las princesas estaban continuas, y la de Roy se encontraba justo al frente de sus alcobas, Al final de ese amplio y largo pasillo se encontraba un hermoso vitral en el cual Kenia se quedo asomándose por un largo rato ya eran más de media noche cuando Shira salió .Tal y como tenía planeado de su habitación con la intención de ir a lo que probablemente sería su última misión y respiro de libertad. Para sorpresa de ella, Keniah aun seguía fuera de su recámara, lo que considero un pequeño inconveniente.

¿Qué haces a estas horas despierta? - preguntó Shira en voz baja.

Kenia le respondió con otra pregunta – no importa y tu porque saliste a esta hora Shira? creí que ya estabas dormida-

No podía dormir, iré a ver que hay en la cocina que me pueda ayuda o simplemente por algo de tomar, ¿vienes?- contesto Shira

No gracias, Así estoy bien - dijo sonriente.

Como quieras Solo no te quedes mucho tiempo fuera de tu habitación. Tengo un mal presentimiento.-advierte Shira

Pero lo que era simplemente malo para Shira, era una total desgracia para otros, podría significar algo peor que la muerte, pero Keniah no sabía de eso, así que solo se quedo con la duda de acerca de que era ese mal presentimiento o de lo que realmente le quiso decir su hermana con esas palabras.

La princesa Shira bajaba a la cocina pensando en algún plan para que su hermana no se diera cuenta de su ausencia, mientras que Kenia se quedaba asomándose por el vitral como si esperara por algo o por alguien.

Cuando Shira regreso, Kenia seguía despierta, Shira se acerco a su hermana y le pregunto si le preocupaba algo, Kenia respondió con una mirada profunda hace tiempo que no veo a james y me pregunto si lo volveré a ver , Desde que me escape para encontrarte no lo he vuelto a ver pero bueno ya no importa.

Shira con risa burlona le pregunto – apoco te encariñaste con el bastardo. Kenia se sonrojo y le contesto que no se hiciera ideas erróneas que ella solo se había quedado con la curiosidad de saber si james se dio cuenta de su escape o de que estaría haciendo en esos momentos.

Deja de pensar en tonterías hay cosas más importantes, ya me meteré al cuarto y deberías meterte al tuyo también, Kenia no entendía la insistencia de su hermana, así que decidió quedarse un poco más. Cuando Kenia se encontraba sola sintió como que alguien la miraba fijamente así que se empezó asomar para ver si veía algo y no había nada, así que pensó que era su hermana Shira y no le dio la importancia debida y regreso a su habitación.

Ya todo mundo descansaba, bueno por lo menos todo mundo se encontraba en su habitación, cuando se escucho un extraño ruido como si se rompiera algo, todos alertados se asomaron mas no se veía nada solo los trozos de vidrio de aquel vitral en el cual se encontraba la princesa Kenia antes de entrar a su habitación todos esparcidos por el suelo. Confundidos todos empezaron a buscar razón alguna a lo sucedido, alguna explicación, todos estaban sin control menos Shira y Roy que estaban de lo más calmados posible y que parecían saberlo todo. Kenia se acerco a su hermana y le pregunto ella sabía algo de lo que sucedía, Shira furiosa le respondió No es nada que te incumba regresa a tu cuarto, esto es algo que tengo que arreglar yo. Al fondo se escucho una voz que decía yo iré contigo, Roy no te metas, sabes que me gusta trabajar sola no es tu asunto y hay varias cosas q quiero arreglar con ese bastardo.

Kenia al escuchar esa palabra pareció captar todo lo que sucedía poniéndose a la ofensiva grito deja a James en paz no ha causado nada aun, pero Kenia no hay que esperarnos a que lo haga y no deberías defenderlo, además quien te dijo que era James solo piensas en él, no te preocupes lo veras pronto así que ponte atenta, NO mejor vete a tu cuarto quédate ahí y no salgas.

Porque, no entiendo que sucede – Kenia exclama

No te tengo por qué dar explicaciones Y después Shira salió a buscar al bastardo. Roy la fue siguiendo, en el camino empezaron a discutir porque ella quería ir sola cuando se escucho un grito, efectivamente era de Kenia al regresar a ver qué pasaba , Kenia ya no estaba se la había llevado james. Le dije que se quedara en su habitación pero, maldito bastardo tengo que encontrarlo para arreglar todo de una vez ..

Roy de consuelo por lo de su hermana le dice- no te preocupes no ah de estar tan lejos. Shira con cara de deja de chingar -.- le contesto no molestes que no tengo tiempo como para perderlo contigo ni para que me consueles. Primero que nada tengo que hallar a Kenia para poderme vengar del bastardo de una vez por todas.

domingo, 25 de abril de 2010

La mansión


Ni una sola palabra se escucho por parte de ellos, ni si quiera el caballo emitía el más mínimo ruido al caminar. En varias ocasiones, el joven Roy intento comenzar una conversación, pero el humor de Shira se lo impedía, y cada palabra huía de su boca.

Después de cinco escasos minutos llegaron a una mansión que parecía casita de muñecas por la forma en la que estaba arreglada. Jardines y balcones visibles estaban repletos de bellas flores, el jardín principal era pequeño, pero está muy bien adornado con una gran fuente en el centro, había muchos árboles alrededor que la ocultaban un poco, y aun más adentro se encontraba un pequeño establo que alojaba a no más de cinco caballos.

Una vez que Keniah se apeo del caballo, le fue entregado un pequeño bulto de ropa y le fueron dadas las siguientes indicaciones.

- Toma la habitación que quieras únicamente de las plantas superiores. No tardan mucho en preparar algo de comer, antes cámbiate de ropa, descansa cuanto puedas que mañana nos vamos.

- Soy tu hermana no tu hija – dijo bromeando.

Por dentro, la mansión era aun más bella, adornada con rosas blancas, pinturas y esculturas antiguas, y había un aroma que reinaba en el lugar, era el olor a vainilla, mismo que usaba su madre en ocasiones especiales. El ambiente desprendía paz, armonía, en ese momento no había nada que rompiera la belleza de ese espacio.

Deslumbrada por lo que había a su alrededor subió las escaleras en dirección a su habitación. Para ella cualquiera le agradaría, después de ver aquella planta, que al igual que el jardín y primer piso daban la sensación de estar en el paraíso. Escogió una al azar, y entro. Dentro había una cama muy amplia y con las sabanas de un blanco que calaba en los ojos, entre otras cosas que ya había visto en otras partes de la mansión, y había también un baño completo y un lindo balcón oculto con cortinas blancas y delgadas.

Se ducho y cambio tan rápido como pudo para probar la comodidad de la cama, pero algo la detuvo, y fue nada más y nada menos que una conversación de Shira y Roy precisamente a fueras de su balcón. Se asomo con extrema curiosidad por escuchar y ver que hacían.

- Se que tienes un deber que tienes que cumplir, pero, ¿no podrías permanecer conmigo, aunque sea esta noche? - pidió el joven – Tal vez no nos veamos de nuevo, y me quedare nuevamente solo.

- Da lo mismo, de todas formas terminare alejándome. Entiende una cosa, entre más dependas de mi más lejos estaré. A final de cuentas los dos estaremos solos – fría como siempre, no se permitía sentir ni la más mínima emoción, ¿Cómo sería capaz de casarse si amor no es capaz de dar? – Partiré esta noche por mi último encargo, quiero hacerlo sola. Sin duda este será el más sanguinario de todos los que hemos hecho juntos.

- ¿Qué es lo que ocultas tras esa mascara de hielo? A veces me encantaría conocer a la verdadera Shira, que me mostraras por lo menos un poco de afecto, que me demostraras lo que juntos hemos construido durante tanto tiempo, que por fin me dijeras que me quieres, o que por lo menos sientas el mas mínimo afecto por mí.

- Te lo diría si supiera lo que es – mostro al joven una actitud cálida, cosa que nunca le había tocado ver –Pero ya no es tiempo de demostrar sentimientos ni verdaderas caras, es demasiado tarde.

Desde su balcón, la joven princesa lo observaba todo, y estaba tan entretenida con aquella escena, quería saber que pasaba y al mismo tiempo quería que su hermana manifestara por primera vez en mucho tiempo lo que su corazón había olvidado sentir. Estaba tan perdida en lo que quería que sus ojos vieran, que no prestó atención al momento anterior de que los labios del joven y de su hermana se fundieran en un tierno y cálido beso. Keniah estaba tan sorprendida, no podía creer que, bueno, si lo podía creer, después de todo, conocía perfectamente a Shira y sabía que en cualquier momento permitiría que algo así pasara.

Conmovida y complacida, fue a su cama, para descansar por lo menos un poco antes de bajar de comer.

Durante la comida, Shira y Roy no se atrevían a mirarse, estaban tan apenados, cosa que le causaba risa a la rubia.

- ¿Qué les sucede? – Preguntó Keniah haciéndose la que no sabía nada de nada - ¿Por qué tan serios? ¿Les paso algo estando solos?

- No, nada, ¿verdad, Shira?

- ¿De qué rayos hablas? Yo nunca estuve a solas con nadie.

Mintiendo como niños pequeños, continuaron evadiendo el tema el resto del día.

jueves, 22 de abril de 2010

Bastardos!


Cada minuto pasaba con una lentitud que desesperaba a Keniah. No había recibido ninguna explicación por parte de James, quien estaba tan tranquilo que parecía ya acostumbrado a este tipo de situaciones. En más de una ocasión le insistió al joven que le contara todo acerca de lo que estaba pasando, pero todo fue en vano, cada que le preguntaba se negaba con un rotundo no, sin importar que esa fuera una respuesta para ello.

Para el medio día, la joven princesa ya se las estaba ingeniando para escabullirse sin que James se diera cuenta e ir en busca de su hermana y tal vez saber que era lo que tanto se le ocultaba.

Una hora le tomo para crear el plan perfecto, cualquier momento era perfecto para ponerlo en marcha.

Se acerco seriamente al joven.

- Ya me voy – dijo con extrema serenidad – Si viene mi hermana le dices que fui a buscarla.

- No te prometo nada – muy probablemente aun no se daba cuenta de lo que estaba escuchando – Si vas a regresar no lo hagas en la noche, se pone peligroso.

Fue más fácil de lo que creía. La joven se preguntaba en qué estaría pensando como para no prestarle atención a sus palabras.

Siguió el sendero por donde había pasado su hermana ignorando por completo lo que podría pasarle.

Por otro lado, Shira seguía su camino de mal humor y maldiciendo al bastardo que no le permitió dormir.

Cada vez se acercaba mas a un pequeño poblado, el cual era su objetivo. Entro a varios locales para comprar ropa nueva para ella y para su hermana. Una vez con otra vestimenta, comenzó a buscar un buen árbol, nada más y nada menos que para dormir. El árbol perfecto para su gusto fue un sauce llorón, por su cortina de hojas supuso que nadie la vería y que la luz del día no la molestaría. Trepo lo más alto que pudo y se acomodo en la rama más gruesa que encontró.

Permaneció dentro de un hermoso sueño por muy poco tiempo, pues el galope de un caballo y un par de voces que le parecían familiares comenzaban a escucharse.

- Estoy buscando a mi hermana – era la voz de una chica, se escuchaba muy aterrada y nerviosa.

- ¿Tienes una hermana? – pregunto una voz masculina.

De pronto la joven de cabellos negros, descendió rápidamente del árbol. Ambos se quedaron asombrados al verla.

- Si, y esa hermana soy yo - dijo fríamente al sujeto – Y tu, se supone que te quedarías con el intento de bastardo que no me dejo dormir. No deberías estar aquí, no es un buen lugar, podría pasarte algo, como encontrarte con un maniaco como este – señala al joven que montaba al caballo.

- ¿Cómo iba a saberlo? Ninguno de los dos quiso decirme.

- Es suficiente con decirte “Es peligroso, quédate”

- A ti no te fue suficiente, te fuiste aunque tenías más que claro la clase de feo lugar que es este, y lo desobedeciste, a James y a mi padre.

- Mi padre no me importa y mucho menos ese intento de hombre. Roy, asegúrate de que este a salvo, que coma y descanse. No necesito decirte que te pasara si fallas. Dame tu caballo – ordenó y le arrojo la ropa se supone era para su hermana. El hombre se apeó rápidamente del animal y lo cedió a la joven, que al instante lo montó – Sabes bien a donde llevarla, hare lo posible por regresar antes del anochecer.

- Hermana, no te vayas de nuevo, no me dejes con otra persona, estoy cansada, ya no quiero caminar y menos con esta ropa, es muy incómoda.

Después de un largo suspiro, la princesa se bajó del caballo, y mediante un ademan le cedió el lugar a su hermana.

- Te acompañaré hasta donde no te puedas quedar sola con otro bastardo – tomó las riendas del caballo y comenzó a conducirlo.

- Ni idea que tenías una hermana - dijo Roy con las intenciones de justificarse – De haber sabido…

- No te hubiera dicho ni aunque mi vida dependiera de ello – lo miro con seriedad sin detenerse – No tengo la confianza suficiente como para contarte acerca de mi vida y lo que tengo, no es de tu interés.

- ¿Cómo puedes decir que no es de mi interés? Hemos trabajado juntos desde hace cinco años, ya deberías de tenerme confianza, y claro que me importa.

- Ese tiempo es más suficiente para conocer nuestro carácter. Tú eres igual de vengativo que yo, pero a ti te gusta vengarte de forma indirecta, tomas lo que más importante para ellas y lo destruyes, por otra parte, yo lo hago de frente, y sabes que a mí me gusta molestar. Como todos, eres delicado, cualquier metida de pata podría enfurecerte más de la cuenta. No me pidas que te confíe algo así.

- Estuviste a punto de hacerlo cuando me pediste que la escoltara. Además, no me refería a la venganza ni nada por el estilo, sabes bien que yo te he respetado desde que nos unimos como equipo y…

- Tú me rogaste hacerlo, porque sabias bien que no podías contra la competencia, porque sabias que no podrías contra mí. No me hables de confianza. Si según tú me conoces, demuéstralo, ya deberías saber que yo perdí la confianza con la mayoría de las personas.

- Tal vez si con la mayoría, pero no con todas, eso quiere decir que tengo la oportunidad de ganarla, y si, te conozco lo suficiente como para saber que tu confianza es algo fácil de ganar.

- De ser fácil, ya lo hubieras logrado desde que nos conocimos y no después de cinco años - volvió a concentrarse en el camino.

- Pero durante ese tiempo solo nos hemos dedicado al trabajo, esta es una de las pocas veces en las que me diriges la palabra, por eso ni te conozco bien ni tengo tu confianza.

- En eso tienes razón, pero es porque a mí de plano una amistad, relación, o lo que sea, contigo no me interesa.

Indispuesta a mantener la discusión con él, continuó caminando como si solo estuviera ella, el caballo y su hermana.

viernes, 16 de abril de 2010

El amanecer

Las pequeñas vibraciones en la tierra causadas por el aterrizaje del joven fueron más que suficiente para despertar a la joven Shira, que rápidamente le tapó la boca a su hermana, pues era de suponerse que gritaría hasta quedarse sin voz a causa del miedo.

La joven de cabello negro y el chico se miraron con extrema frialdad esperando alguna justificación de parte del otro, pero ninguno de los dos se atrevía a decir la primera palabra. Permanecieron así durante un largo rato, inclusive la mano de Shira seguía cubriendo la boca de su hermana, que después de hartarse la aparto y hablo sin miedo.

- Demasiado silencio. Díganse algo de una buena vez, que ya me quiero ir.

Eso no cambio nada, ambos siguieron intercambiando miradas, y así permanecieron durante un rato más.

- Mi nombre es James – dijo sin despegar la mirada de la joven - ¿Qué hacen aquí?

- No me interesa tu nombre, como a ti no te debe interesar qué hacemos aquí - contesto la princesa de cabellos oscuros mientras se ponía de pie – Ya nos vamos.

- ¿Enserio? Pues yo te noté con la intención de quedarte dormida.

- Iré a dormir a otro lado. Vámonos, Keniah.

- Hermana, ¿tienes que ser así con todos? – Sin intenciones de obedecer, miro al joven – Su nombre es Shira, ambas venimos de la ciudad de Kadah por ordenes de nuestro padre.

- ¿Y tú tienes que ser tan amable con todos? Se supone que ya te querías ir, no sé qué estas esperando. No quiero llegar tarde al reino de Houghton.

- No me digan que irán a allá. Si siguen caminando estarán más lejos que cuando empezaron. Les diría por dónde ir, pero no es de mi importancia.

- Has lo que quieras, pedazo de bastardo. Ya vámonos que falta poco para que oscurezca.

-¡Pero acaba de amanecer! ¡Y no me digas pedazo bastardo! – grito molesto y un poco rojo

- Entonces serás un bastardo completo.

- Hermana, yo no quiero ir por un camino que no es, ¿Qué tal si él tiene razón y vamos cada vez mas lejos de nuestro destino? Deberías hacerle caso.

- No pienso hacerlo. No me importa ni me urge cumplir las órdenes de nuestro padre. No pueden saber que voy por el sendero equivocado si ni siquiera saben a dónde me dirijo. Tu puedes quedarte con ese pelele si gustas, mientras no me sigas está bien.

- Ya sé a dónde vas y porqué no quieres que tu hermana vaya contigo – dijo el joven como si hubiera resuelto un caso como los de Sherlok Holmes – Tú tampoco deberías ir, ni siquiera cuando ya has visitado ese lugar con anterioridad. Te consta que ese sitio representa peligro para muchos y uno mucho más grande para ti. Te ordeno que te quedes.

Ella sabía muy bien que James tenía razón y que debía obedecerle, pero como a ella le encantaba llevar la contraria lo ignoró y se fue dejando a su hermana con un desconocido.

-Es algo confuso su situación – comento la rubia cuando su hermana ya no estaba a la vista. El joven pareció no entenderla - Creo que ya se conocían, si estoy equivocada dímelo. Soy su hermana, es obvio que la conozco, ella es diferente con las personas a las cuales desconoce y con las que conoce. Lo que me hace dudar es que se comporto de las dos formas. Aparte, ¿cómo sabes a donde va y lo que piensa?

- Conozco muy bien este sitio y a donde lleva cada camino – respondió mirando al horizonte, esperando que la joven de cabello negro regresara - Además, ya había visto a tu hermana. Casi todas las noches la veía venir aquí, a este mismo árbol, solo para encontrarse con alguien – Bien sabía que era con él con el que se reunía y que su nombre no era James – Es probable que regrese el anochecer.

- Ya lo dijiste antes, acaba de amanecer, aun falta mucho para que oscurezca.

- Lo sé – suspiro y dijo para sí – Me pregunto con que novedad me saldrá ahora.

viernes, 9 de abril de 2010

Something New

He aqui una nueva historia creada por Ale Macias y por mi. El objetivo de esta historia no es solamente entretener o cualquier cosa que se les ocurra, sino dar a conocer parte importante de mi.

Por lo general en las historias de amor, los personajes principales desean encontrar a su principe azul y vivir felices junto a ellos hasta el final de sus dias, desean probar su dulzura y estan dispuestos a sufrir por su ser amado. Esta vez no es asi. El amor es algo completamente desconocido, al igual que el resto de los sentimientos, nadie vive, nadie muere.
Todo comienza en el reino de Kadah, una ciudad en constantes guerras civiles, golpes de estado – todos sin exito - , bajas economicas y problemas con los otros reinos. Sin embargo no era algo que preocupara a la familia real, jefes militares o civiles, ni siquiera tomaban en serio las perdidas de sus familiares. Eran cuerpos vacios y con el corazon putrefacto.
La falta de sentimientos no les evitaba conservar sus viejas tradiciones, y la que significaba menos para ellos era la mas importante para otros, era ni mas ni menos que el tradicional dia de los enamorados, y fue en ese dia en el que el rey aprovecho para que sus dos hijas contrajeran nupcias y no tenerlas mas en su castillo. Ambas princesas fueron obligadas a abandonar la ciudad hasta haberse casado con algun principe, duque o cualquiera que complaciera a su padre.
Una vez afuera, una de las princesas aseguro a su hermana que estarian mejor si no regresaban a la ciudad.
- No nos ayudaria en nada regresar – trato de convenser a la otra princesa – Kadah es sucia y pobre, todos ahi son amargados y siempre se matan entre ellos, y a nuestros padres no les importa lo que nos suceda.
- Hermana, no comprendo que es eso que sientes – hablo con severidad - Es probable que sea cierto lo que dices, pero has olvidado que el rey ha mandado a alguien para asegurarse de que cumplamos con nuestro deber y es lo que precisamente ahora nos sigue.
Sin sentir alguna preocupacion por mostrar discrecion, ambas se detubieron en seco y voltearon hacia atras para ver mejor al espia, que en realidad era una mentira de su hermana para hacerla callar y seguir con su deber.
- El lo que estoy tratando de decirte, Shira, sino lo logramos nos matara. – Insistio la princesa en cuanto continuaron su camino – Aunque viendolo desde el lado amable, es probable que este aqui para protegernos y no asesinarnos, como pienso. Pero por otra parte, nos envia durante la noche, sin caballos ni escolta, por un sendero lleno de ladrones y estafadores, y nos despojo de nuestros vestidos cambiandolos por ropas viejas.
- Keniah – estaba arta de los parloteos de su hermana, tanto que le dolia la cabeza por tanto ruido – De haber venido con nuestros vestidos ya nos hubieran asaltado desde que salimos de Kadah. Lo mismo pasa con tus escoltas, caballos.
- En la noche hace frio y esta tan oscuro que no sabes por donde vas.
- En el dia hace demasiado calor y la luz solar te encegece tanto que tampoco ves por donde vas. Por ahora solo trato de concentrarme en encontrar un camino al pueblo mas cercano y poder descansar como es debido. Mientras tanto manten tu voca cerrada.
Ambas de la misma edad, iguales en estatura y otras peque;eces como el largo del cabello y su tez blanca, en el resto de los aspectos eran completamente distintas. Por una parte, Shira, era de cabello negro, sus labios siempre iban pintados de gindo y el contorno de sus ojos delineado connegro, sus ojos eran verdes y similares a los de un reptil. Por otra parte, Keniah era rubia, ojos azules y similares a los de cualquier humano, labios rosas y su rostro estaba sin pintar. Las dos princesas estaban vestidas como esclavas.
Habia que aceptar que fue un poco desconsiderado de parte del rey enviar a sus propias hijas sin caballo, ni siquiera en burro a una de las ciudades mas lejanas del continente, pero gracias a que no mando a algun espia o no fijo una fecha exacta para su llegada a la otra ciudad, las hermanas decidieron ir a otro lado y tomarse el tiempo que consideraran necesario.
Las jovenes continuaron hasta la ma;ana del dia siguiente. Cansadas, habrientas y sedientas se detuvieron junto a un enorme y viejo manzano, estaban a punto de darse por vencidas y desobedecer a su padre como Keniah habia sugerido desde el principio.
- Hermana, he traido unas cuantas joyas - dijo la joven de cabellos de oro - Tal vez, si las vendemos ganariamos algo de dinero, y asi pagariamos el hospedaje en algun meson.
Shira se habia quedado dormida al momento en el que se recosto en el cesped, estaba profundamente dormida, por la comodidad del sitio.
- Shira, no es divertido, despierta - comenzo a mover a su hermana - Que pasara si alguien malo se acerca. Yo no se defenderme. Hermana, vamonos de aqui - La pobre princesa estaba cada vez mas asustada. Sabia que su hermana no despertaria hasta que quisiera, asi que se acomodo junto a ella y no dejaba de ver paraoicamente alrededor, buscando la mas minima se;al de movimiento, abrazo sus piernas y se meceaba ligeramente para tranquilizarse y poder quedarse dormida como su hermana.
La tranquilidad del manzano la arruyo mas que sus movimientos. Cada segundo que transcurria la acercaba mas y mas al dulce mundo de los sue;os, pero como todas las cosas aparecen y desaparecen con un "puff", un joven de cabello casta;o y vestido de aldeano bajo del viejo arbol aterrizando frente a Keniah.

martes, 6 de abril de 2010

Mi ultimo pensamiento.

Como explicar lo que mi corazon siente si es algo que ha sido completamente destruido?

Debi haber escuchado a mi mejor amigo cuando me advirtio lo que ocurriria si el hielo que me mantenia a salvo de la vida se destruia o descongelaba, aun asi no lo hice.
Es imposible recolectar las miles de particulas de mi destrosado corazon.
Cada cosa va debastandome mas y mas.
Cada pensamiento, cada segundo, cada persona, como evadir esto que me destruye? Como podre congelarme en pleno verano?
De que me sirve sentir si voy a sufrir? De que me sirve vivir estando muerta?
Que hubiera pasado si jamas me hubiera congelado? Que hubiera pasado si hubiera muerto antes?
SOY UNA COBARDE, una cobarde que jamas quiso acercarse al peligro interno, me detesto por no haber vivido lo suficiente , me detesto por haber terminado una relacion que me estaba regresando el sentido de la vida, me detesto por ya no tener un corazon con el cual corresponder el cariño de pocos.
Amar ya no puedo, odiar tampoco, pues ya no tengo con que sentir...

martes, 16 de marzo de 2010

Ice vs Fire . Parte 2


Esperaba estar muerta después de quel pequeño encuantro con la peeeerraaaaaaa, y si no moría con ella, seguramente moriría en manos de alguien más. Aún no era mí momento, así que seguí buscando, seguí arriesgandome como si mi vida dependera de ello (o lo que es peor, la belleza heredada de.... de por ahí xD)

Mi camino había terminado en una hermosa playa de arena fina y tibia, el mar estaba tranquilo, pero solamente en la orilla. Estaba nublado al horizonte, había rayos, el mar estaba muy agitado, golpeaba con furia un enorme pedazo de hielo, que nada que ver con el cálido clima de la playa. La parte superior (de la cabeza a la parte baja de la espalda) de lo que parecía ser un humano con cabello alocado salía del mar, al igual que yo observaba el gigantesco iceberg.
Me acerqué más a donde estaba la creatura. Tenía enormes aletas rojas en lugar de cabello, su piel era azul, sus orejas eran puntiagudas y más alargadas que el tamaño promedio, también tenía aletas en codos y muñecas, estaba semidesnudo y tenía branquias. Me dio cosa hablarle, pues desconocía su humor. Caminé despacio y sin hacer mucho escandalo. La creatura volteó y me miró con sus ojos completamente azules. Salió con cuidado del agua y se acercó a mí con actitud pasiva.
- Buenos días - Su voz me recordaba a la de Abe Sapiens (La cosa azul que aparece en las películas de Hellboy xD) - Mi nomre Kadath. - Nunca en mi vida me había tocado ver a un hombre pez.
- El mío es Lynn - No podía decirle que me llamaban Pola, iba a sonar estúpido a comparación con el suyo (xD)
- Por lo que me han dicho, cada alma a tomado forma humana, si es así mi raza ha sido la única no afectada. Juraría que antes eras un tigre.
- Supongo que quien te lo djo está en lo cierto. No sólo yo he vuelto a ser humana, mi familia también a sido transformada. Si tan sólo pudiera deshacerme de Shira, todo volvería a ser tan pacífico como antes.
Pacífico o no, extrañaba muy en el fondo esa vieja vida. Antes era inmune a todos esos sentimientos que me lastimaban, antes podía hacer miles de cosas que ahora no puedo, antes la venganza era más que dulce, antes todo era perfecto. En esos días yo no era vanidosa, sino todo lo contrario, me odiaba tan profundamente, no podía ni ver mi reflejo, pero odiaba más a la humanidad, menos a una persona. Ese alguien era la única persona con la que mi antiguo yo anhelaba vivir. Mi vida estaba pintada del color más bello que pudo haber existido, el negro.
Fueron dos personas quienes sin darse cuenta derritieron ese hielo.
Que mal... Que desgracia... Que estrés... No me quise dar por vencida sin antes dar batalla... No quería dejar existir al frío... No quería perder esta parte tan bella de mí... No quería ser tibia... Un duelo a muerte... La solución perfecta... Mi hijo ya no me importaba, ni nadie, sólo me importaba batirme (No, no hablo de batirme con la batidora ¬¬...).
Observé detenidamente el enorme iceberg. Sabía que tenía un mensaje, pero no lo acataba.
La playa comenzó a enfriarse, el viento azotaba con fuerza todo lo que había a su paso.
-¿Porqué hace tanto frío? - pregunté al hombre pez que me miró esperando otra pregunta - ¿Acaso es ella quién provoca esto?
-No, es obra tuya. Este es tu dominio - señalo toda la playa incluyendo al bosque - Y eso - Su mano se centró en el iceberg - Es el de ella. Es su castillo. Tú no puedes afectar lo de ella, ni ella el tuyo.
El mar emitió un horrible sonido. Comenzó a congelarse rápidamente y nevaba sobre él y el trozo gigante de hielo. El hombre pez me dió a entender que ese era el llanto del mar, que no sólo yo estaba actuando, Shira también lo hacía. Al cabo de cinco minutos el mar estaba totalmente congelado y la nieve tenía casi un metro de altura.
-Eres de poca ayuda, ¿lo sabías?
-No puedo ayudarte, este es tú trabajo, no el mío. Yo no he pasado por cosas así, yo...
-Ya entendí... Por ahora me gustaría saber cómo voy a cruzar esto.
Comenzé a caminar en dirección al mar, subí sin dificultades a la nieve. Para mi sorpresa no me hundía, podía caminar sobre ella como si fuese tierra sólida. Al estar segura comenzé a correr tan rápido como podía.
Estaba tan adormecida por el hielo que ni siquiera sentí ni la más mínima molestia al volverme tigre. Porqué me tranformé no sé, sólo sabía que estaba feliz de haberlo hecho y que la adrenalida estaba presente en mí más que nunca. En ocaciones me aburría del mismo panorama, pues no llegaba a mi destino.
Distinguí leves jadeos y pisadas en la nieve. Me detuve en seco para ver a mi alrededor. Todo era blanco, no había azul ni gris, sólo blanco. En el horizonte unas pequeñas figuras se hacían cada vez más grandes, dando forma a un ocelote, un lobo y un perro. Me eche a correr para perderlos de vista, si no veian a donde me iba no se pondrian en peligro. Pero como odio mi aura, que dejo un rastro de mi que era mas perceptible para mi padre. Continue corriendo tan rapido como me era posible, por desgracia me alcanzaron y saltaron sobre mi enterrandome en la nieve.
- Dejenme ir - me levante y conteste friamente - Es obvio que morire si pierdo, y aunque gane me despojaria de mi vida.
Camine hasta perderme en la blancura de la nieve. Era cierto, no regresaria. Mi muerte lo solucionaria todo, ya no existiria ni el fuego ni el hielo, todo acabaria dentro de unas horas.

ESTE ES UN FINAL ALTERNO, EL VERDADERO DESENLACE ESTA MUY LEJANO POR DESGRACIA.
YA NO HABRAN MAS HISTORIAS... AQUI MUERE TODO...